Muchos perros en China viven rodeados de lujos, acuden a hoteles de cinco estrellas en vacaciones y una vez muertos, reposan para siempre en cementerios como "El Paraíso de los Animales", un lugar que ofrece una amplia gama de servicios para que el can descanse en paz. Los perros, en los últimos años, se han convertido en un signo de modernidad y de los aires occidentales que planean sobre China, y la última moda entre los amantes de los animales chinos es enviar a sus mascotas de vacaciones al hotel Jialiang Kenned Dog de Shanghai. Este lugar, abierto en los años 80, ofrece todo tipo de comodidades para conseguir la felicidad del "mejor amigo del hombre".

Por un total de 14,69 euros (19,61 dólares), el animal disfrutará de una habitación con aire acondicionado y de un amplio abanico de juguetes, además podrá dormir o sestear en una cama o entre grandes almohadones -según se le antoje- después de pasear por los 80.000 metros cuadrados de terreno con los que cuenta el hotel.

En el caso de que el can salga rebelde, dé mucha guerra y el dueño no sepa qué hacer con él, la perrera ofrece un servicio de entrenamientos en los que se corrige su comportamiento y se le enseña, entre otras muchas cosas, a sentarse cuando se le indica.

A pesar de ser cierta la extendida idea de que el perro se come en el gigante asiático, y de que según la medicina china, la carne de can es un alimento muy indicado para el invierno porque añade "calor" al cuerpo, la costumbre sólo se limita a zonas de etnia coreana y a la provincia de Cantón. En China cada año aumentan un 20 por ciento los animales de compañía, con un promedio de gastos en sus comidas y cuidados que alcanzaron los 651 millones de euros (870 millones de dólares) en 2008 frente a los 346 millones de euros (463 millones de dólares) en 2004, según la firma de investigación "Internacional Euromonitor".

Tras una vida de excesos, la posibilidad de un entierro sencillo es impensable y por ello el "Paraíso de los Animales" se ha convertido en la apuesta preferida de muchas familias. Perros, gatos, reptiles, peces, ratones, conejos, cerdos e incluso monos descansan en este "reino animal" silencioso, abierto desde el año 2000 y que tiene ya más de 1.200 tumbas.

En el 90 por ciento de las lápidas del cementerio decorado con multicolores guirnaldas y enormes flores de plástico, pueden leerse frases como: "siempre serás el tesoro nuestros corazones" que junto a las fotografías, los nombres y las fechas de nacimiento y defunción se recuerda con fruición a la mascota. Pero sin duda, una de las grandes ventajas del "Paraíso de los Animales", es que se brinda la posibilidad de incinerar al muerto.

La Asociación para la Protección de Animales Pequeños de China (CSAPA, sus siglas en inglés), advierte que cada año fallecen unas 90.000 mascotas y que tan sólo una pequeña parte son incineradas. Según el experto, Lin Degui, el cuerpo de un animal muerto contiene muchas bacterias que pueden causar infecciones en las personas y en los animales si no son adecuadamente eliminados. "Una bacteria puede sobrevivir un año en la médula ósea del animal, mientras que sus esporas pueden vivir numerosos años y contaminar las fuentes de agua", dice Lin.

En el "Paraíso" los costes para incinerar y enterrar al animal oscilan entre los 60 y 145 euros (80 y 193 dólares) dependiendo del material de la urna, el diseño de la lápida y del tamaño de la parcela, unos precios muy caros en un país que posee una renta per cápita anual de 935 euros (1.200 dólares). Sin embargo, cualquier esfuerzo por el animal es justificado, ya que en ciudades como Pekín o Shanghai en 20 años los canes han pasado de ser perseguidos para exterminarlos a convertirse en un símbolo de estatus social, que ha impulsado la introducción de toda una serie de hábitos a imitación de los países occidentales. EFE los cien primeros días con los Obama.