La vida es breve y los sentidos reclaman alicientes para tomar oxígeno y seguir la lucha del día a día. Es un razonamiento que ha podido animar a la mayoría del público que disfrutó ayer degustando angulas en la Festa do Meixón de Tui, el reto que un grupo de vecinos de la parroquia de Randufe logró llevar a término, con 800 raciones vendidas durante la mañana, al precio de 40 euros, incluyendo cazuela de barro, pan y vino. La venta siguió por la tarde.

Las dificultades económicas, el paro y los ERE, quedaron aparcados en la puerta del recinto, aromatizado por el olor del aceite de oliva caliente, el ajo y la guindilla para el “meixón” , que desafió olímpicamente a la crisis, consiguiendo una victoria solemne.

Dispuestos a repetir

Pedro Montes Díaz, portavoz del colectivo calificó de “muy positivo” el resultado alcanzado y avanzó que “estamos dispuestos a repetir la fiesta en años próximos. Si alguien más nos ayuda, mejor”, dijo, reconociendo el mérito de las empresas con sede en Tui que colaboraron y, como no, la disponibilidad de los tres restauradores de primera división que las prepararon ante el público: Nieves del restaurante Cruceiro do Monte, Moledo del Parador de Turismo San Telmo y Mario de Sombra Boa.

María Teresa del Toro, de Segovia, era una de las comensales “vengo todos los años a visitar a unos amigos, pero esta vez me he quedado a la fiesta. Las angulas están buenísimas, pero son escasitas”, decía. Los hermanos Noelia y Rubén Fontán Álvarez, de 12 y 17 años de edad, no faltaron a su cita anual, desde que eran bebés, explicó su madre. Telmo González Ramos, concejal, “hizo patria” presentándose con un grupo de amigos de la parroquia de Randufe, de San Blas de Budiño y de Barcelona.

“Están buenísimas las angulas y también el vino.Y las cosas buenas siempre saben a poco”, comentó. La charanga Air Jalisia puso ritmo en el recinto, donde la disponibilidad para que todo saliese a la perfección ayudó a sobrellevar pequeños percances, como el de una cocina, que dio un susto.