Abandonaron la televisión hace años porque, más surrealista que su humor, era que el director dijera: “Vamos a grabar, que no se ría nadie”. Para Faemino y Cansado, los escenarios son su verdadero hábitat. Mañana y el viernes el dúo madrileño estará en el Teatro Caixanova de Vigo con su nuevo espectáculo, “Son dos”, y el sábado repetirán hazaña en Lugo.

-“Son dos”, un título muy evidente

-Sobre todo, muy conceptual. Nosotros no engañamos; el espectáculo somos dos, unos micrófonos, luces bonitas y unas historias originales, pero ni cuerpo de baile ni nada parecido.

-Dos, sencillamente, pero con un humor que funciona.

-Llevamos veinte años haciendo lo mismo y ¡aquí seguimos! El humor absurdo es muy elevado porque bebe de las mismas fuentes que la poesía.

-Al contrario que muchos humoristas, apenas beben de los políticos.

-Nuestro humor también es político, pero no se basa en hablar mal de Rajoy o de Zapatero. Es más conceptual y, gracias a eso, no pierde actualidad. En las improvisaciones puede que aparezcan María Teresa Fernández de la Vega, Sarcozy o el Papa, pero no está en el guión.

-¿Nos quieren hacer creer que todo es improvisación?

-Sí, precisamente eso es lo que queremos hacer creer, pero está claro que no es así porque entonces seríamos unos genios.

-¿De qué se ríe el español?

-Aunque nosotros no lo practiquemos, gusta mucho el humor negro. La barbaridad, la desmesura; ser exagerado al hablar de sexo u otras relaciones.

-Y usted mismo, ¿con qué suelta las mayores carcajadas?

-Con Faemino, sin duda. Soy muy tonto y me río de todo, pero a veces cuando veo a mi amigo me digo: “Qué suerte tengo de trabajar con este tío”.

-La televisión fue un buen trampolín para el dúo, ¿qué pasó después con este medio?

-Nos cohíbe y apabulla muchísimo; esa no es nuestra idea de trabajar, por eso decidimos dejarlo. El teatro, en cambio, es imbatible.

-¿De qué está usted cansado?

-Desde luego, de mi profesión no, ahora lo compagino también con la radio, Digital Plus… me encanta. Y en el resto de cosas estoy bastante aislado. Veo poca tele y no estoy muy atento a la actualidad. Ni siquiera de la crisis estoy cansado.

-Y, por lo que parece, mucho menos de su media naranja.

-Por supuesto, Faemino y yo seguiremos juntos siempre porque somos amigos de la niñez y del barrio, no sólo compañeros.