Dejar el tabaco, hacer ejercicio, llevar una dieta más sana, romper o tratar de salvar una relación, buscar pareja, salir más, leer más, estudiar más.... la lista es interminable, inabarcable y, sobre todo, irreal.

Porque nos proponemos hacerlo todo y ya y encima queremos que los resultados sean inmediatos y sin esfuerzo.

La Universidad de Hertfordshire (Gran Bretaña) realizó el pasado año un estudio en el que participaron 3.000 voluntarios.

Un 52 por ciento de ellos dijeron confiar en llevar a buen fin sus buenos propósitos de nuevo año pero cuando pasaron los 12 meses, sólo un 12 por ciento lo había logrado.

Ante estos resultados, la universidad elaboró una serie de recomendaciones para ayudar a cumplir esas intenciones, que van desde ponerse objetivos concretos a fechas límites o decírselo a familiares y amigos para que hagan presión.

Y a eso se añaden ahora los 1001 libros surgidos para aumentar nuestros deseos y necesidades de hacer tantas cosas como minutos tenga nuestra vida.

Uno de los más famosos es "100 cosas que hacer antes de morirse", aparecido en 1999 y que considera imprescindible correr un encierro en Pamplona, hacer un peregrinaje vudú en Haití o hacer surf desnudo por la noche en Australia.

Una larga y complicada lista que hay que darse prisa para cumplir si no quieres que te pase lo que a su autor, Dave Freeman, que murió el pasado agosto a los 47 años tras cumplir sólo la mitad de ese centenar de cosas.

El éxito de ese libro inspiró toda una serie de secuelas, que de cien sugerencias por volumen pasaron a un millar, con lo cual deberíamos tener más de una y de diez vidas si queremos cumplir todas las atractivas ideas que nos proponen.

Están los clásicos "1001 películas que hay que ver antes de morir", con variaciones sobre discos, libros que leer, cuadros que contemplar, sitios que visitar o cosas románticas que hacer.

Los más trascendentales, con 1001 meditaciones, perlas de sabiduría, enseñanzas del budismo o formas de salvar el planeta.

Y los que te dan razones para justificar casi todo. "1000 razones para enamorarse" o para "no enamorarse", para ser el mejor padre, para ser el mejor amigo, para criar a tu bebé o simplemente para ser feliz.

Pero ante la proliferación cual setas de este tipo de libros, los autores y las editoriales se han ido refinando en su afán por captar lectores y compradores.

Así, el último grito de estos libros centenarios o milenarios son los que, como recomienda la Universidad de Hertfordshire, ponen un límite temporal a los objetivos.

Es el caso de "365 días para ser más culto", de Dabid Kidder y Noah Oppenheim, una de las últimas novedades, que con el lema de "sé culto, sé libre", da 365 lecciones que requieren cinco minutos de esfuerzo diario para darse un barniz de cultura con el que sorprender al mayor número de amigos posible.

Movimientos artísticos, descubrimientos científicos, grandes compositores y filósofos o las principales líneas de las religiones más importantes son algunas de las cosas que este libro promete hacerte aprender en apenas unos minutos diarios.

Pero también los hay para sorprender sólo a los más íntimos.

"Sexo 365: Una posición para cada día", que incluye -con bastante ironía y humor- instrucciones e ilustraciones para conseguir cada una de ellas, aunque para lograr algunas hay que ser casi gimnasta olímpico.

365 cenas, juegos para niños, gatos o perros, cosas estúpidas para hacer, aviones de papel, juegos mentales, formas de ahorrar dinero....la lista es aún más interminable que nuestros buenos deseos que se repiten cada enero año tras año a pesar de que sabemos a ciencia cierta que están condenados al fracaso.