En entrevistas por separado publicadas por el "Sunday Telegraph", los obispos de Durham, Winchester, Hulme, Manchester y Carlisle sostienen que el Reino Unido sufre una crisis de la familia, una adicción a endeudarse y una creciente división entre ricos y pobres.

El obispo de Manchester, Nigel McCulloch, afirmó que el Ejecutivo laborista está "seducido por el dinero" y "moralmente corrupto".

Por su parte, el obispo de Durham, Tom Wright, lamentó que el Laborismo no haya hecho lo suficiente para apoyar a los más desfavorecidos desde que llegó al poder en 1997.

"Los laboristas hicieron muchas promesas, pero muchas de ellas se han esfumado. No hemos visto un aumento de las aspiraciones en los últimos trece años. En cambio, hay una sensación de desesperanza.

Mientras lo ricos se han hecho más ricos, los pobres se han hecho más pobres", indicó el reverendo Wright.

"Cuando un gran banco o compañía automovilística quiebra, se nacionaliza", resaltó el obispo de Durham, al denunciar que ese tipo de ayudas no afectan "a la gente ordinaria que está perdiendo sus empleos y ve reducidos sus ahorros" en la actual crisis económica.

Respeto a la crisis crediticia, el obispo de Hulme, Stephen Lowe, criticó al Gobierno por animar a "gastar más" a ciudadanos con grandes deudas, y advirtió de un cínico plan de la Administración laborista para mejorar la economía con vistas a las próximas elecciones generales, previstas para 2010 como muy tarde.

"Eso -explicó el reverendo Lowe- es moralmente sospechoso y pobre. Resulta injusto e irresponsable que el Gobierno presione a los ciudadanos para gastar con el fin de reactivar la economía".

Asimismo, Lowe acusó al Gobierno de querer regresar a la situación previa a la crisis crediticia, en la que existía un "compromiso excesivo" de los ciudadanos con las deudas, las hipotecas y los mercados financieros.

En términos similares se expresaron los obispos de Carlisle, Graham Dow, y de Winchester, Michael Scott-Joynt, toda vez que el primero alertó de que "la ruptura de la familia es un elemento crucial de las dificultades de la sociedad actual".

La semana pasada, el primado anglicano y arzobispo de Canterbury, Rowan Williams, ya indicó que la política de Gordon Brown de fomentar el gasto para atajar la crisis es como "el retorno de un adicto a la droga".

Desde el Gobierno, una portavoz replicó que la "justicia" es un eje central de la política del Ejecutivo laborista, que cuenta con "un sólido historial de sacar a la gente de la pobreza".