La pequeña Faith (Fe), que se encontraba grave tras la separación de su hermana el pasado 2 de diciembre, "sucumbió a la complejidad de su estado", explicó el doctor Agostino Pierro, jefe de cirugía del centro hospitalario.

Pierro expresó su tristeza aunque reconoció que el resultado "no era inesperado" si se tiene en cuenta el frágil estado de la pequeña, que había nacido unida a su hermana por el abdomen.

Los padres, Aled Williams, de 28 años, y Laura Williams, de 18, ambos de Shrewsbury (centro de Inglaterra), acompañaban a la niña en el momento de su muerte.

Pese a la gravedad, los médicos confiaban en que Faith saliera adelante después de la intervención de once horas a la que fue sometida tras la separación, en la que se le cerró el abdomen.

Su hermana Hope (Esperanza) murió horas después de la separación porque su sistema respiratorio no respondió, según informó en su momento Fierro.

Las niñas nacieron el 26 de noviembre unidas por el pecho y compartían el hígado y parte del sistema digestivo, si bien tenían corazones y sistemas respiratorios separados.

Los médicos habían pensado inicialmente esperar más tiempo para que las pequeñas crecieran y estuvieran mejor preparadas para la operación, pero su estado empeoró y decidieron pasar a la acción.

"Fue una operación de emergencia, porque se bloqueó el intestino que compartían y esto sólo se podía resolver con la separación", explicó Pierro tras anunciar la muerte de Hope.

Los casos de siameses son muy raros y se dan en uno de cada 200.000 nacimientos, aunque sólo en uno de cada 400.000 los bebés siguen con vida tras el alumbramiento.

La madre, Laura Williams, supo desde el principio que estaba gestando siameses, pero se negó a interrumpir el embarazo.

Su caso fue objeto de una atención mediática especial al convertirse en la madre más joven de siamesas de la que se tiene noticia en el Reino Unido.

Laura llamó Hope y Faith a sus hijas porque "siempre tenía la esperanza de que todo fuera bien" y su madre "siempre tuvo fe en ellas".