El Pontífice dice que a ese diálogo entre ciencia y fe, que tuvo muy presente Duns Scoto -fallecido un 8 de noviembre de hace 700 años- se llega buscando "el acuerdo de todas las verdades, naturales y sobrenaturales, que provienen de una única y misma fuente".

El filósofo y teólogo escocés fue uno de los primeros que apostó por el dogma de la Inmaculada Concepción de María, más de quinientos años antes de que lo hiciera la propia iglesia Católica el 8 de diciembre de 1854.

Para Benedicto XVI, Duns Scoto supo conjugar "la piedad con la investigación científica" y por eso, dice el Pontífice, pudo penetrar en "los secretos de la verdad natural y revelarla".

El Papa cita en su mensaje al cardenal Joachin Meisner, que presidirá en la ciudad alemana de Colonia, la ciudad donde descansan los restos de Duns Scoto, los actos conmemorativos del séptimo centenario del fallecimiento del teólogo escocés.

Estos actos, concluye Benedicto XVI, homenajearán a un hombre "que ha contribuido al progreso de la doctrina de la Iglesia (Católica) y de la ciencia humana".