F._FRANCO  Vigo

Tras aquella denuncia anónima que liberó todos los demonios podía estar, según opiniones, un entramado mucho mayor que la simple discrepancia en la aplicación de sedación a los enfermos terminales. Podían estar razones económicas, políticas e ideológicas sostenidas desde el gobierno autonómico del PP nada coincidente con aquel equipo que atendía las Urgencias del hospital entonces más saturado de España.

-Usted pasó en un día de ser un médico anónimo a que casi le llamaran_Dr._Muerte ¿Qué experiencia obtuvo de los medios de comunicación?

-Para mí estuvo claro. A las dos horas de mi cese salía en los telediarios y al día siguiente en toda la prensa. A partir de ahí, una vorágina imparable. ¿Qué aprendí? La gran utilización que se puede hacer del poder mediático aunque, al final, se ha demostrado que mucha ciudadanía ha reaccionado en contra apoyándonos en nuestra visión ética ante la muerte.

-¿Qué cree que anidaba en el fondo de esa denuncia y reacción de la Consejería?

-Dos películas, "Mar adentro" y "Million Dollar_Baby", habían creado un clima de opinión sobre la eutanasia en la ciudadanía y se inició una campaña para parar ese debate con toda una "Brunete" mediática en vanguardia.

Denuncias anónimas llegadas en 2005 -que habían tenido precedentes en años anteriores- originaron la reacción de la Consejería de Sanidad y el cese inmediato de Luis Montes mientras se investigaba el alcance de las sedaciones terminales que se aplicaban en el área de Urgencias. Nada de eso ha quedado demostrado ni en los tribunales ni por la inspección de servicios sanitarios. "Mientras se crea todo este ruido se pasan en Madrid siete hospitales a la iniciativa privada, pero en vez de tener esa discusión, la privatización de la sanidad, se hablaba de si hubo más o menos miligramos en la sedación de moribundos._Fue una gran cortina de humo para estos intereses de privatización de la sanidad pública alentados por el PP en la comunidad de Madrid.

-¿Es un terreno poco precisado por las leyes la asistencia en la agonía a los enfermos?

-Está muy bien definido. Cuando un enfermo cuya muerte se espera en breve presenta síntomas de sufrimiento no es ético ni deontológico, incluso podía considerarse como omisión de auxilio terapéutico y por tanto delito, no tratar los síntomas presentes en la agonía._Y el dolor es uno de ellos.

-En el otro extremo está el encarnizamiento terapéutico, prolongar la agonía artificialmente...

-Podemos considerarlo dentro de los tratamientos desproporcionados e inútiles._Es cuando el médico no acepta la muerte y la vive como un fracaso, empeñado obsesivamente en una curación que origina, paradójicamente, una mala calidad de muerte.

-Cuando usted habla de desmitificar la realidad de la muerte ¿De qué habla?

-La muerte ha sido siempre un tabú pero hay que aprender a vivirla como un proceso más._Sólo reconociéndola podemos intentar que sea más llevadera, que haya más calidad en la misma, una buena muerte.