Abierta desde el 18 de diciembre hasta el 1 de marzo, la muestra se incluye en la programación navideña que comenzó el Museo del Traje en el año 2005 con la exposición dedicada a "Mariquita Pérez u00A1qué elegante eres!".

Dentro de este programa que recrea el mundo del juguete y del niño, con fondos procedentes de las propias colecciones del museo, se han organizado también las exposiciones sobre los juguetes de hojalata del museo, "A toda velocidad", en el año 2006 mientras que en 2007 la exposición navideña se dedicó a la colección de recortables custodiada en los almacenes, "Juegos de papel".

Los objetos expuestos en "Pequeños mundos" remiten directamente a la época de su creación y comercialización al producirse a escala objetos reales pertenecientes al mundo de los adultos que dan a conocer aspectos esenciales de la sociedad, la economía, el orden social, etc.

La exposición se divide en diferentes secciones en función de las distintas tipologías de los espacios. Como ejemplo representativo de las casitas se muestran dos, una con una arquitectura que hace referencia a las construcciones del norte peninsular y otra al estilo modernista.

Las tiendas -colmados, carnicerías, etc.-, la farmacia, rodeadas de utensilios y miniaturas, responden a la tipología de cajas-habitación y recrean los establecimientos comerciales del momento en que fueron realizados.

Las habitaciones de hojalata litografiada reproducen interiores domésticos y fueron fabricadas para ensamblarse formando conjuntos.

Las aulas reproducen una clase de colegio en miniatura, con pupitres, pizarras, mapas, alumnos y profesoras, mientras que las cocinitas y baños, al igual que los "cacharritos", reflejan las costumbres y los avances tecnológicos de cada época.

Por último, se ha incluido una estación de ferrocarril como ejemplo diferenciado y significativo de espacios realizados a escala que recrean el mundo adulto que les es contemporáneo.

Además, los fondos presentados en Pequeños Mundos no son sólo miniaturas procedentes del coleccionismo, sino objetos reales de juego infantil que los niños modificaron y alteraron para adaptarlos a sus necesidades, incorporando también piezas ajenas al juguete original.

La historia de estos juguetes es larga, ya que la miniaturización de los objetos del mundo adulto para destinarlos al juego infantil viene de antiguo; de hecho, las primeras casitas proceden de Alemania, del siglo XVI. Éstas casitas estaban destinadas al coleccionismo de las grandes familias aristocráticas y eran elaboradas con gran exquisitez y buscando el mayor realismo posible.

Hacia la primera mitad del siglo XIX, las miniaturas entraron a formar parte de los ajuares infantiles de las clases medias y adquirieron el nombre de "casas de muñecas".

Entre 1880 y 1914, estas casitas viven su mayor apogeo y aparecen las primeras fábricas dedicadas a las miniaturas. La fabricación en masa hace que se pierda el carácter exquisito, y las piezas que se producen son más sencillas y rentables.

En los años 20 y 30 tiene lugar un segundo momento de esplendor al producirse una mayor difusión y generalización de todo tipo de juguetes entre las clases populares urbanas, gracias, entre otros factores, a la introducción de nuevos materiales como la hojalata.

Este material barato y de rápida comercialización facilitó la producción tanto de pequeñas estancias, como de utensilios, "cacharritos". Más adelante, en la década de 1960, el plástico desplazó al resto de los materiales en la fabricación de juguetes.