Bautizada como "Polo Sur sin límites", la expedición estará compuesta por Jesús Noriega, Xavier Vallbuena y Eric Villalón, que, acompañados sólo por dos guías expertos, saldrán de Barcelona el próximo 30 de diciembre rumbo a la aventura sin contar con ninguna ayuda externa.

Durante tres semanas, recorrerán 250 kilómetros arrastrando 60 kilogramos y soportando temperaturas de menos 40º C y vientos de 300 kilómetros por horas, según ha adelantado la Obra Social "La Caixa", promotora de la iniciativa.

A Jesús le falta una mano desde el nacimiento, Xavier perdió una pierna cuando tenía ocho años y Eric tiene una visión muy reducida, de sólo el 5%.

La trayectoria vital de los tres miembros de la expedición es un ejemplo en sí mismo de tesón y espíritu de superación ya que, pese a sus limitaciones, son todos grandes deportistas, han cursado estudios universitarios y han fundado sus familias.

Jesús - madrileño de 36 años - es productor mánager de una multinacional alemana y practica el buceo y el esquí alpino, entre otros deportes, además de compartir su tiempo con su mujer y sus tres hijos.

Profesor de instituto en L'Hospitalet de Llobregat (Barcelona), Xavier (44 años), tiene mujer y cuatro hijos, y es aficionado al excursionismo, la astronomía y la navegación.

Ganador de cinco medallas de oro y cuatro de plata en los Juegos Paralímpicos, el más joven, Eric, barcelonés de 34 años, es auxiliar técnico en ciencias agropecuarias y técnico deportivo en esquí alpino, además de compartir su vida en pareja.

La Antártida es una de las zonas más remotas, frías y ventosas del planeta, por lo que la expedición puede considerarse "de alto riesgo", según las mismas fuentes.

Para encarar este reto, los tres expedicionarios se han preparado durante un año y medio tanto a nivel físico como psíquico con entrenamientos continuados e incluso con un viaje a Groenlandia, de donde acaban de llegar.

Entre otras actividades, han esquiado sobre la arena durante dos horas arrastrando un lastre parecido al que llevarán durante la expedición a la Antártida, además de realizar ejercicios de fuerza y resistencia dentro de una piscina y pasar largos periodos de tiempo dentro de una cámara de congelación a menos 25º para que el cuerpo se adapte al clima antártico.

Además de una afirmación de la fuerza de la voluntad del ser humano, la expedición servirá también para recoger muestras para un estudio científico.

También se tomarán muestras a lo largo de los 250 kilómetros del continente austral hasta llegar al Polo Sur geográfico.

Los análisis de las muestras arrojarán datos sobre el nivel de contaminantes orgánicos e inorgánicos de la zona, así como de metales, y también sobre la constancia de la vida bacteriana atrapada en el gel antártico.