El encargado de dar lectura al Preámbulo de la Declaración Universal ha sido el magistrado del Tribunal Supremo (TS), José Antonio Martín Pallín, quien ha recordado que los treinta artículos "constituyen la Carta Magna de la época moderna".

Entre los actores que han participado en esta iniciativa se encuentran Itziar Miranda, Rodolfo Sancho y Ana Villa.

La secretaria de Organización del PSOE, Leire Pajín, y Rafael Rodríguez-Ponga, del PP, han sido los representantes políticos en este acto público, celebrado al aire libre en la Plaza de Santa Ana de Madrid y que ha contado con la actuación en directo de varios grupos de música.

En declaraciones a los periodistas Pajín ha hecho hincapié en que "todavía quedan muchos derechos vulnerados en el mundo".

"Es bueno recordar que hemos recorrido mucho camino, pero que queda todavía mucho por recorrer", ha señalado.

También se han unido a este encuentro el secretario general de UGT, Cándido Méndez, y el secretario de Acción Sindical Internacional de CC.OO., Javier Doz.

Méndez ha hecho hincapié en que la Carta de los Derechos Humanos es una gran referencia moral, política y democrática a nivel mundial y refleja unas aspiraciones y objetivos de la humanidad que "desgraciadamente en muchas partes del mundo siguen sin cumplirse".

"El derecho a la sindicación -ha recalcado- es respetado en la mayoría de los países de Europa, pero en muchos países los sindicalistas son perseguidos y asesinados".

El caso mas "terrible y brutal", según ha explicado Méndez, es Colombia y Birmania, donde "el hecho de ser sindicalista es motivo para que asesinos profesionales, amparados a veces por el Estado, tengan como víctimas a los sindicalistas".

Además, han leído otros artículos la directora del Instituto Cervantes, Carmen Caffarel y la bailarina Tamara Rojo.

Este acto, celebrado cuatro días después del 60 Aniversario del Día Internacional de los Derechos Humanos, ha sido presentado por la presidenta de Amnistía Internacional España, Itziar Ruiz-Giménez, y ha finalizado con una batucada.

El objetivo de este acto público es, según Amnistía Internacional, "recordar que todos los derechos humanos deben estar por encima de todo".