Montes: "Será fundamental aprobar la despenalización de la eutanasia activa"

Habló con mucho respeto a las tesis contrarias pero claro en la exposición de las suyas, ayer, en el Club FARO, el ex coordinador del Servicio de Urgencias del Hospital de Leganés, Luis Montes. Presentado por la periodista de esta casa, Ana Rodríguez, "La calidad en el morir" fue el tema de una charla-coloquio en la que el público participó desde el primer momento y en la que el médico definió lo que significaba para él ese concepto. "A mí no me gusta hablar de muerte digna porque toda muerte lo es por naturaleza. Prefiero hablar de calidad de muerte, de buena y mala muerte".

El doctor Montes, retirado de su puesto en el Hospital Severo Ochoa, de Leganés, en marzo de 2005 por una supuesta mala praxis en la aplicación de fármacos a pacientes terminales, aunque nunca hubiera denuncia judicial alguna contra él y la Audiencia Provincial archivó el caso, afirma que "aunque seamos hijos de una cultura judeocristiana", nadie cree en el siglo XXI que el dolor dignifica, que nos hace mejores y nos va a poner a la diestra de Dios Padre. "Los sufrimientos innecesarios -dijo- no sirven para nada. Hay que sedar por ética y estética. Una de las definiciones de la buena muerte es la de que existe cuando no hiere la sensibilidad de la familia o del equipo que atiende al paciente. Se han dicho muchas mentiras sobre la asistencia al enfermo terminal pero la cosa es mucho más sencilla y va más allá de la medicina. Si alguien va a morir, nuestra obligación ética y deontológica como médicos es que él y su familia pasen el proceso en las mejores condiciones posibles. La muerte es del enfermo pero también de la familia y hay agonías horrorosas".

Luis Montes ha opina que existe un debate social "sumergido" sobre la muerte y "el morir" que, a su juicio, se debe abordar con "serenidad" y ha defendido una sociedad en la que nadie sea obligado a vivir "cuando la vida se ha convertido en una carga imposible de soportar".

El médico, en coherencia con esto, instó a la gente a hacerse el testamento vital o de últimas voluntades, un derecho reconocido por la ley. "El problema -explicó- es que la gente no sabe siquiera que hay por ley abiertas en todas las comunidades Oficina de Registro de Últimas Voluntades, y no se acercan a ellas. Todo paciente tiene derecho a saber las pruebas diagnósticas que se le van a hacer, a sus posibles tratamientos, consecuencias... y puede renunciar a tenerlos".

En el coloquio, aunque de modo desordenado al dar paso directamente a las preguntas del público, se tocaron las principales materias que preocupan a la sociedad en esta materia. Hablando de su caso, dijo que "al mes de surgir el conflicto del hospital" y comenzar la "campaña de persecución" contra él, orquestada por la Consejería de Sanidad a partir de denuncias anónimas, se hicieron las concesiones de los nuevos hospitales madrileños, por lo que según él hay un motivo "económico" en su caso. A ellos añadió motivos de oportunidad política -el PSOE acababa de ganar las elecciones generales- e ideológica, porque se había abierto el debate sobre la eutanasia activa estimulado por dos celebradas películas y había que frenarlo con una sanción ejemplarizante.

Montes y su equipo, que al principio llegó a estar bajo sospecha de haber acelerado la muerte de más de 400 pacientes, considera que él y los suyos fueron víctimas de la campaña de una "Brunete mediática". "Nosotros -comentó- no somos dueños de los medios de comunicación que se cebaron con esta materia pero considero que, con los pocos medios de que disponíamos, hemos conseguido un movimiento importante en España para reflexionar sobre el derecho a la "buena muerte". Y tenemos puestas 16 querellas (a la Consejería de Sanidad madrileña, a la COPE, etc) que aún están pendientes por lo que habrá caso Leganés para rato".