A sus sesenta años -aunque definitivamente no los aparenta-, Grace Jones vuelve a las andadas, acompañada por artistas del calibre de Brian Eno, Tricky o Sly and Robbie, con este álbum que recuerda a los comienzos de la jamaicana, en 1977, año en que publicó su primer disco "Portfolio".

"William's blood" es el single de presentación de "Hurricane" (Pias), un tema sobre lo que significa para Grace estar "dividida entre dos opuestos familiares, Dios y el diablo" y en el que participa la propia madre de la artista cantando un fragmento de "Amazing Grace".

"En esta canción me pregunto si soy una Jones o una Williams, o una mezcla de los dos", explica la artista en el folleto promocional, cuya familia materna lleva el apellido Williams, un nombre que representa "el talento pero también el lado salvaje de la vida".

Su carácter provocador y las amistades con las que compartió parte de su juventud, como los artistas Andy Warhol y Keith Haring o el creativo Jean Paul Goude -con el que más tarde tendría un hijo-, propiciaron que la artista de ébano se convirtiera en uno de los personajes más conocidos de la década de los ochenta.

Nacía así un icono gay y comenzaba a gestarse lo que más tarde sería una prolífica carrera artística: música, performances, pasarela y cine se combinan a lo largo de estos sesenta años de trabajo, cuyo último fruto es "Hurricane".

El disco comienza con "This is", una potente canción en la que se ofrece "la idea visual de la música, en la que ni siquiera se necesitan letras -aunque las tiene-: te transporta dentro de una serie de sonidos atmosféricos que puedes llenar con emociones y espacios", resume Jones.

"Corporate cannibal", "Well, well, well" o "Sunset Sunrise" -la favorita del músico Brian Eno- son otras de las canciones que acompañan al "centro abrasivo" del disco, el tema "Hurricane".

Pese a la brevedad del CD -tan sólo nueve temas frente a veinte años de espera no parece del todo proporcional-, la jamaicana ha plasmado en él toda la sensualidad de su voz que, junto con su característico físico, le ayudaron a interpretar a "malvadas" del cine como May Day en "007: Panorama para matar" (1985) o a la guerrera Zula en "Conan, el destructor" (1984).

Durante este tiempo, Jones no aparcó su carrera discográfica: tan sólo entre 1978 y 1989 publicó siete trabajos de estudio. Todo lo que llegó después de esta época dorada de la cantante serían discos recopilatorios y algún que otro single que alcanzaría el éxito en las listas de ventas.

"Algunos pensaban que estaba muerta", comenta la cantante, "pero lo más gracioso de todo es que yo todavía estaba haciendo diferentes trabajos del estilo talk-show", apunta.