La pequeña fue dada de alta ayer del Centro Nacional de Salud Infantil del distrito de Setagaya, en Tokio, tras haber sido intervenida en septiembre.

Según el centro de salud, la criatura ha batido el récord mundial como el paciente más pequeño que ha sobrevivido a una intervención de este tipo.

El donante fue su padre, de 32 años, de quien se le trasplantaron 112 gramos de hígado en una operación que duró más de nueve horas.

Desde la intervención hasta ayer, el peso de la niñita ha aumentado hasta los 4,3 kilogramos actuales.

"El peso de nuestra hija es el peso de nuestra felicidad", aseguró la madre.

En 2004 en Kioto (centro de Japón) se dio un caso muy similar con un bebé del mismo peso que sobrevivió a un trasplante de hígado, pero que dos semanas después desarrolló una hepatitis mortal.

Los niños son más susceptibles a sufrir infecciones después de estos trasplantes por su pequeño tamaño y porque sus sistemas inmunológicos no están desarrollados.