Naciones Unidas está emocionada con la obra que el artista mallorquín Miquel Barceló ha realizado en la cúpula de la que será la nueva sede del Consejo de Derechos Humanos, a partir de hoy denominada 'Sala de los Derechos Humanos y la Alianza de las Civilizaciones', y ha agradecido a España este "generoso regalo", al haber asumido el coste de la rehabilitación del recinto, cifrado en torno a unos 20 millones de euros.

Así lo afirmaron el secretario general de la organización, Ban Ki Moon, y el director general de la Oficina de la ONU en Ginebra, Sergei Ordzhonikidze, durante el acto de inauguración de la nueva sala en el Palacio de las Naciones de Ginebra, que llenó el aforo de la sala, en torno a unas 700 personas.

El secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki Moon, subrayó que este "generoso regalo" de España a la ONU constituye una "prueba más del compromiso perdurable de España con los valores y la misión" de este organismo. Ban Ki Moon destacó el "talento tan singular" de Barceló, cuya obra, consistente en un mar de estalactitas de colores, calificó de "innovadora y radiante". "No encuentro las palabras para expresarle mi sentimiento ante esta obra tan increíble", confesó públicamente al artista, presente en el acto.

Ban Ki Moon consideró que la obra de Barceló puede verse como una "metáfora" de la labor que desempeña la ONU, ya que los colores del mar de estalactitas cambian según se vean desde una u otra posición. En política, dijo, la postura y visión de cada uno también varía y dependen del lugar de donde procede.

Antes del secretario general de la ONU, el Rey calificó de "impresionante" la obra de Barceló y destacó la "indudable belleza creativa y fuerza expresiva" de esta intervención. Don Juan Carlos felicitó "muy calurosamente" al artista, porque su obra le despierta "una especial y enorme admiración".

"Nada mejor que el arte como lenguaje universal para expresar los valores, principios y misiones que inspiran a las Naciones Unidas en torno al ser humano y al mundo, a sus derechos y libertades que adquieren un especial protagonismo al cumplirse este año el 60 aniversario de la Declaración Universal de los Derechos Humanos", afirmó.

Don Juan Carlos recordó cómo este proyecto parte de la sugerencia que hace poco más de tres años y medio le hizo el director general de la ONU en Ginebra para que España asumiera la rehabilitación de la sala en una visita que el jefe del Estado español realizó a estas instalaciones.

Reflejo de la españa actual

El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, que acudió a la inauguración acompañado por su esposa, Sonsoles Espinosa, señaló que esta obra "quiere ser reflejo de la España actual, de su energía y confianza en sí misma" y expresar el "compromiso" español con los derechos humanos, el multilateralismo y la defensa de la paz".

Para él, simboliza una "cueva primigenia" que reúne bajo su techo a todos los seres humanos, "independientemente de su origen y condición". Además, destacó que la sala recoge el legado de los lienzos murales que España donó de otro artista español, José María Sert, para la sala del Consejo de la antigua Sociedad de Naciones en 1936.

El jefe del Ejecutivo expresó su "satisfacción" de "legar" a toda la comunidad internacional "una obra tan singular" de un "genio universal" y que describió como un "mar universal de naciones y hombres diversos y unidos" que "evoca una mirada fuerte, de compromiso para erradicar la intolerancia, la discriminación y la pobreza en el mundo" y que va a poder contemplarse en una de las sedes de la ONU, donde, recalcó, "todos somos iguales".

Zapatero remarcó que los españoles quieren verse "reconocidos" en la comunidad internacional como miembros de un "país tolerante, comprometido con la suerte de los demás, con la cooperación al desarrollo y la lucha contra la pobreza".

BARCELO HABLA EN TRES IDIOMAS

Barceló, que se expresó primero en francés, luego en catalán y por último en español, explicó que la obra representa la "superficie oceánica de la Tierra y sus oquedades más escondidas", la "unión absoluta de contrarios". "En este mar agitado, cabe suponer varios niveles: el fondo del agua y sus moradores polícromos, el plano del agua, la espuma blanca del agua revuelta en marejada y, al final, el reflejo, lo que refleja este mar, lo que está debajo, nosotros".

El ministro de Asuntos Exteriores y de Cooperación, Miguel Angel Moratinos, -y presidente de la Fundación ONUART, encargada del proyecto-, destacó que esta sala es a partir de ahora "el recinto de negociación más moderno de todo el sistema de Naciones Unidas" y agradeció de forma especial la "desinteresada contribución" de los patronos y entidades colaboradoras de ONUART.

El director general de la ONU en Ginebra, Sergei Ordzhonikidze, calificó la obra de "hito arquitectónico y artístico" y subrayó que se trata de la segunda sala "donada generosamente por España", tras la sala del Consejo de la antigua Sociedad de Naciones en 1936.

El presidente de la Confederación suiza, Pascal Couchepin, también presente en el acto, calificó la obra de "maravilla" y consideró que es como "la realidad del mundo", cuya visión cambia según el ángulo desde el que se vea.

El primer ministro turco, Recep Tayipp Erdogan, destacó la importancia de la nueva denominación de la sala ya que sitúa los dos conceptos de los derechos humanos y la Alianza de Civilizaciones vinculados el uno al otro y aprovechó para anunciar que el segundo Foro de la iniciativa impulsada por España y Turquía y que hoy ya pertenece a la ONU se celebrará en Estambul los próximos 2 y 3 de abril.

PREDOMINIO DEL VERDE PLATA Y EL AZUL

La obra de Barceló consiste en un mar de estalactitas de colores con predominio del verde plateado y el azul, aunque también aparecen el rojo, el naranja y el amarillo. La pintura se agrupa en determinados puntos asemejando un papel arrugado que crea un efecto de ola. Barceló ha empleado para su creación 35 toneladas de pintura, más de un año de trabajo y un equipo formado por una quincena de personas.

La rehabilitación de toda la sala, asumida por España y que incluye la obra, los servicios de comunicaciones y el mobiliario, ha costado 18,5 millones de euros (más un 10 por ciento de desviación autorizada), de los que el Estado español aporta 7,4 millones de euros, de los que casi cinco proceden del presupuesto del Ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperación y el resto de Comunidades Autónomas.

El 60 por ciento del coste de la obra proviene de aportaciones de empresas a la Fundación ONUART, encargada del proyecto y cuyo fin es promover el arte español en los organismos internacionales. Se desconoce cuánto ha costado exactamente la obra de arte, ya que la Fundación ONUART no ha querido desglosar las aportaciones que han servido para financiar cada uno de los capítulos de la remodelación.

Polémica

La rehabilitación de la sala se ha visto envuelta en la polémica por el uso de una partida de 500.000 euros del Fondo de Ayuda al Desarrollo (FAD) para financiar la intervención.

El PP ha llegado a denunciar que el proyecto se ha pagado con ayuda que tenía que ir dirigida a comprar "vacunas" para los niños, en tanto que el Gobierno ha negado que se haya desviado dinero de la lucha contra la pobreza para restaurar la sala porque el FAD lo componen donaciones para este fin, pero también créditos que en ningún caso pueden ser computados como ayuda al desarrollo.