Las monjas que desde hace 14 años cuidan a la joven italiana Eluana Englaro, de 37 años de edad y en estado vegetativo, han pedido que la dejen con ellas, porque "nosotras la sentimos viva", manifestaron en declaraciones al diario transalpino "Il Messagero".

A tal efecto, las monjas de la clínica Talamoni en Lecco, cerca de Milán, donde la joven permanece ingresada desde el 7 de abril del año 1994, expresan su "disponibilidad para servir hoy y siempre a Eluana".

La hermana Misericordia manifiesta incluso que "nosotras no pedimos ningún cambio, sólo el silencio y la libertad de amar y dar a los débiles, a los pequeños a los pobres".

Sor Rosangela, que se ocupa de la higiene de la joven Eluana desde la mañana a la noche, relata que "cada dos horas es necesario cambiarla de postura y, una vez al día, la sentamos en una silla de ruedas durante dos horas".

Según narra sor Rosangela, "la alimentación y la hidratación, así como la administración de fármacos a Eluana la practicamos con una sonda naso-gástrica", explica.

Nada ha cambiado en 14 años y nada para las monjas debe cambiar "en estas horas difíciles en las que esperar parece imposible. Nuestra esperanza es que no se le dé muerte por hambre y sed a Eluana en las condiciones en las que está", explican.

Supremo italiano

El pasado día 13 de este mes, el Tribunal Supremo italiano autorizó la supresión de la alimentación a Eluana Englaro, que se encuentra en este estado vegetativo debido a un accidente de tráfico, tras una larga lucha judicial en ese sentido por su padre Giuseppe Englaro.

El padre de la joven no ha enviado todavía el escrito para llevársela a una institución donde se le retirará la sonda que la alimenta.

Según "Il Messagero", lo hará en los próximos días. Llegará con una ambulancia, un médico y una enfermera que asistirán a Eluana en su último viaje.

Varios hospitales de Udine, donde el padre de la joven quería internarla, se han negado a recibirla.

Sin embargo, ayer, el asesor de Sanidad de la región septentrional de Friuli-Venecia-Julia, Vladimir Kosic, afirmó que "están listos para acoger a Eluana como a todos", y que "no se niega el pan y el agua a nadie en nuestro hospitales".

La decisión del tribunal sobre este caso ha dividido a la opinión italiana.

La Iglesia católica y el mundo de la ciencia, los políticos conservadores y la izquierda progresista, y el resto de la opinión pública, muestran profundas divergencias sobre el "derecho a morir" de Eluana.