Este trabajo, titulado "El cine infantil de Hollywood", se centra en los últimos quince años, en el periodo que se abre con la guerra del Golfo iniciada por Bush padre y que llega hasta la invasión de Irak por Bush hijo, momento en el que este cine "se vuelve desembozadamente propagandista" de la política exterior estadounidense, ha afirmado Croce en una entrevista con Efe.

En la introducción del libro, publicado por la editorial malagueña Alfama, esta profesora aborda como antecedente la Segunda Guerra Mundial, cuando "se intentó seducir a los países latinoamericanos a alinearse con la política estadounidense".

En ese momento, "el embajador más eficaz fue el pato Donald, que, paradójicamente, protagonizó por otro lado unos cortos en los que portaba el brazalete y el birrete con la cruz esvástica", ha destacado la autora del libro.

Dentro del periodo estudiado, en "Aladdin" (1992) aparece un mundo árabe "saturado de rasgos negativos", con "un clima inclemente y una geografía desierta", y personajes como "un árabe astuto que trata de engañar a los turistas vendiéndoles productos típicos que resultan inútiles" o un "sultán tonto con un consejero maquiavélico".

En "Mulan" (1998), "en el contexto de un acuerdo comercial con China, se traslada la acción a la China imperial, se evita cualquier vínculo con el comunismo y se sitúan los hechos en el marco de la invasión de los hunos", según Croce.

Por su parte, "Anastasia" (1997) es a juicio de esta profesora "un filme a destiempo, porque tiene todos los rasgos de una película propia de la Guerra Fría" en la que aparece "el comunismo como la maldición de Rasputín".

Estos mensajes calan en el público infantil, que "es muy vulnerable a los estereotipos", porque los niños "atraviesan una etapa en que el pensamiento crítico no está demasiado desarrollado", a lo que se suma "una estética atractiva y una animación entretenida".

Mientras, en el público adulto se puede distinguir entre quienes ven las películas sólo para acompañar a sus hijos, sin prestarles mayor atención; quienes las ven "con cierta fascinación nostálgica de su propia infancia", y los espectadores críticos, que sí analizan estos aspectos.

Croce ha destacado que, una vez concluida la proyección de la película, el circuito continúa, porque en el propio cine se ofrecen productos de consumo inmediato como vasos de refrescos con los mismos personajes del filme, al igual que en juguetes, útiles escolares "o en cadenas de comida rápida en los que el premio del menú infantil son los muñecos de la película".

"De esta forma, las películas contribuyen a un folclore infantil y logran en unas semanas lo que a los relatos orales les llevó siglos y a las narraciones escritas, décadas", ha añadido Croce.

Sin embargo, esta profesora no desaconseja que se vean estas películas, sino que desea "proveer elementos críticos y fomentar un espectador activo que sea consciente de lo que los filmes pretenden inculcarle", por lo que, cuando escribía el libro, pensaba como lectores "en los padres, maestros, educadores y todos aquellos que están vinculados de alguna manera con la formación de los niños".

"El modo de contrarrestar los mensajes de las películas no es ignorarlos o suprimirlos, sino desbaratar sus pretensiones", ha apuntado Croce, profesora de Literatura Latinoamericana en la Universidad de Buenos Aires.

"El cine infantil de Hollywood" ha sido publicado en España dentro de la colección Contraplano de Alfama, que engloba los títulos referidos al cine, y también será distribuido próximamente en Iberoamérica.