Luis Tosar e Iolanda Muíños se convirtieron ayer en Quimet y Culumeta, respectivamente, los protagonistas de "A praza do diamante" ("La plaça del diamant"), una de las novelas más importantes de la autora catalana Mercè Rodoreda.

Aunque la actriz gallega había conocido la obra por la interpretación de Silvia Munt en televisión, después de la dramatización del texto afirmaba que "la adaptación respeta bastante la obra original". Ambos actores aseguraron sentirse "raros" ante una lectura de esas características. "Lo nuestro no es el doblaje ni el recital, sino la interpretación", aseguraban.

Conmemorando el centenario del nacimiento de la escritora barcelonesa -conocido en Cataluña como Año Rodoreda-, el Institut Ramon Llull y la Fundación Penzol, acercaron a Vigo la obra de la narradora del siglo XX más traducida de la literatura catalana. El boca a boca le valió el reconocimiento del público, pese a no conseguir ningún premio con sus libros.

En 1995 salieron a la venta 1.000 ejemplares de la traducción al gallego de la novela, de los que se estiman que hay vendidos cerca de 800.

Aunque empezó transcribiendo las conversaciones de los obreros, "Rodoreda mimó su obra con un habla popular, cargado de ética, una lectura ágil y con el carácter de una mujer joven", explicaba Manuel Outeiriño en la presentación de la interpretación dramatizada.

Por su parte, Pilar Vilaboi, encargada de la traducción al gallego de "La plaça del diamant", aseguró que "su escritura estan sensible y sentimental, que cada vez que la leo, me enamoro más de ella".

Para Helena González, profesora de literatura gallega en la Universidad de Barcelona, "Adiós María", de la gallega Xohana Torres, "tiene un eje argumental similar", afirmaba . "Ambas autoras juegan con el aspecto físico, el contraste de las casas y en el deseo de las protagonistas por descubrirse", añadía.

Pese a no tener la gallega el mismo carácter crítico y reivindicativo -Manuel Outeiriño recordó el deseo revolucionario de la catalana-, "nos trajeron la crítica desde la vida silenciada, la vida cotidiana", apuntaba.