"The Hurt Locker" ("El casillero del dolor"), de la directora estadounidense Kathryn Bigelow, se ha presentado como uno de los principales atractivos de la cita argentina tras las buenas críticas logradas en el Festival de Venecia.

La película está basada en el libro del periodista estadounidense Mark Boal, que en 2004 siguió a un escuadrón de explosivos norteamericano en Irak.

Durante más de dos horas, el filme, que advierte en su inicio que "la guerra es una droga", muestra al sargento William James desactivando bomba tras bomba en medio de un escenario infernal provocado por los atentados de grupos iraquíes.

La película, rodada en Jordania y de buena factura, se suma a las numerosas cintas de acción realizadas sobre el tema de la guerra y se limita a reflejar el conflicto desde la perspectiva de un militar estadounidense, sin preocuparse por el punto de vista iraquí.

El objetivo de Bigelow, explicó la directora de "The widowmaker", fue hablar de un conflicto del que "no se informa suficiente, sobre todo en Estados Unidos" y analizar la "atracción por la guerra, por el combate letal".

Un enfoque muy distinto ofrece "Camilo; el largo camino de la desobediencia", del realizador uruguayo de origen alemán Peter Lilienthal, jurado de la competencia internacional de Mar del Plata.

Se trata de un documental basado en la experiencia del estadounidense de origen nicaragüense Camilo Mejía Godoy, uno de los primeros desertores de la guerra de Irak.

Camilo, como otros muchos emigrantes latinoamericanos, llegó con su madre a Estados Unidos cuando tenía 18 años en busca de mejores condiciones de vida.

Fue tentado a ingresar en el ejercito y en 2003 fue enviado a la región iraquí de Ramadi, donde prestó servicio durante seis meses.

De regreso a casa durante un permiso, decidió no volver a Irak amparándose en la objeción de conciencia, pero fue acusado de deserción y sentenciado a un año de cárcel.

A través de los testimonios de Camilo, y de su padre, el popular cantante y militante sandinista Carlos Mejía Godoy, Lilienthal denuncia el reclutamiento de latinoamericanos para engordar el ejercito estadounidense y combatir en la guerra y profundiza en los motivos que llevan a estos jóvenes a embarcarse en la aventura militar.

Movido por su interés en conocer por qué las familias emigrantes latinas pueden permitir que sus hijos se enrolen en el ejército, el director construye una radiografía de las raíces del problema, como la pobreza y la necesidad de integración de los jóvenes latinos en la sociedad americana.

El propósito, apuntó Lilienthal tras la presentación del filme, es contribuir a que la rabia contenida de las víctimas de la guerra se transforme en energía para luchar contra este tipo de conflictos.

"El día que me esposaron fue el día en que supe que era libre", afirma en un momento de la película Camilo Mejía, que aún hoy padece secuelas psicológicas por su experiencia en Irak.

Junto al caso de Camilo, Lilienthal recrea el del joven mexicano Jesús Suárez, fallecido en combate por fuego amigo en 2003, a través del testimonio de su padre.

"Camilo" y "The hurt locker" constituyen dos maneras muy distintas de mostrar el horror de la guerra de Irak y sus consecuencias, aunque no son las únicas películas sobre las secuelas bélicas que se presentan en el Festival de Mar del Plata, que en esta XXIII edición ofrece un amplio catálogo preparado para satisfacer todos los gustos y recuperar el prestigio de su época dorada.