El restaurante El Globo, situado en el corazón de Buenos Aires, cumple su primer siglo de vida preparando el tradicional puchero gallego (cocido) y otras exquisiteces de este rincón del Atlántico a ilustres como el futbolista Diego Armando Maradona, nuevo seleccionador de la albiceleste, o los artistas Mercedes Sosa, León Gieco, Horacio Guarany,Teresa Parodi o el televisivo local Marcelo Tinelli. Un lujo gastronómico a pocas manzanas del Congreso, los tribunales, la Casa Rosada, el centro de negocios o la avenida y la plaza de Mayo de la capital porteña.

Abierto en 1908 y bautizado como El Globo por el aventurero argentino Jorge Newbery,que frecuentaba el local y,un año antes, cruzó en vuelo aerostático el río de La Plata, hace 61 años cambió de dueños y pasó a manos de los hermanos Domingo, José y Manuel Rial Hermida, emigrados desde Morgadáns (Gondomar) en plena Guerra Civil,y de otro socio gallego, Joaquín Barreiro, ya fallecido, y el argentino Marcelino Giménez.El establecimiento, que ocupa el bajo de una antigua mansión bonaerense, se convirtió desde entonces en un imperio gastronómico frecuentado por intelectuales o artistas de la talla de Jorge Luis Borges, Carmen Amaya, Margarita Xirgú o Lola Membrives, hace años, o los famosos ya citados encabezados por “El Pelusa”,actualmente.

“No, de Diego Maradona no hay fotos.Él es reacio a que se las tomen cuando disfruta de un poco de tiempo libre”, explica Daniel Kochnowicz, uno de los actuales propietarios del restaurante y yerno de uno de los cinco antiguos socios gallegos del local, Domingo, único que aún vive junto a su hermano Manuel. Ambos, con 80 y 86 años de edad,respectivamente.

El puchero gallego “al gusto argentino”, esto es con batata, choclo, calabaza y zanahoria añadidos a la ya contundencia del cocido gallego -con carne de cerdo,de ternera y de gallina, chorizos,morcillas, garbanzos, repollo, tocino y patatas-, constituye junto al pulpo á feira, el jamón serrano, la paella, la merluza a la gallega o los calamares los principales reclamos de El Globo. Suculencias servidas con generosidad más propia de los gallegos que de los argentinos, como reconoce María Ester Rial Pérez,esposa de Daniel Kochnowicz e hija del antiguo propietario gondomareño Domingo.

En la actualidad, María Ester ejerce de contable del negocio y es, junto a otra de las hijas de los antiguos dueños, la única con responsabilidad en El Globo. Las otras cuatro -“Mis padres y mis tíos sólo tuvieron hijas”, afirma sonriente- sólo participan de los beneficios.

“En Argentina, gracias a las crisis, cada ciudadano aprendió a ser economista. En el restaurante, por eso de nuestras dobles nacionalidades, optamos por la abundancia en los platos”, explica María Ester,que el pasado mayo visitó por vez primera Morgadáns, donde viven una tía y varias primas.

Para recordar los 100 años, el legislador (cargo equivalente a un diputado provincial) Alejandro Rabinovich impulsó que El Globo luzca una placa para recordar su siglo. Larga vida.