La Reina Sofía se "destapa" por su aniversario. Hoy cumple 70 años y no vacila en quitar el candado de su diario para regalar sus confesiones. Hace unos meses, al término de uno de sus muchos viajes para apoyar la cooperación española en el exterior, Doña Sofía habló con varios medios en una conversación que se da a conocer hoy por primera vez. ¿Lo primero?, la salud: "Si se tiene salud no hay ningún problema. Y sí, la tengo, no tengo ningún dolor", presume.

La Reina llega a los 70 años llena de vitalidad, con tres hijos, ocho nietos y una actividad incesante, que en el último trimestre la ha llevado a distintos lugares de España, América y Asia. "Quiero seguir contribuyendo en todo lo que pueda", dice. Y es que para ella la edad no es un obstáculo. Seguir en la brecha "es más una cuestión de actitud que de jubilación", añade llena de fuerza.

La familia es su gran pilar. Sólo tiene palabras de cariño para sus yernos -su opinión sobre Jaime de Marichalar no ha cambiado tras su separación de Doña Elena-y para su nuera. De la Princesa de Asturias destaca su inteligencia y trabajo y, sobre todo, "su facilidad para hablar en público".

Una abuela feliz

Su sonrisa se amplía y sus ojos se iluminan cuando habla de sus ocho nietos. Le encanta su papel de abuela. O ella va a verlos o ellos van a Zarzuela, porque "tener a los ocho juntos es divertidísimo". Eso sí, declara muy seria que "no les consiente".

La Reina se acuerdan también de los que ya no están a su lado. En Navidades siempre están presentes su "nanny", un hermano, su madre, la reina Federica, porque -comenta--"lo más doloroso es acordarse de aquellos que han muerto: de tus padres, de los padres del Rey..."

Doña Sofía se instaló en Madrid en 1962. "El Rey me ayudó mucho", recuerda. Añade que disfrutaron enormemente y que en aquellos tiempos era el Monarca "el que hacía las maletas".

Echa la vista atrás y se acuerda de su estancia en la Universidad Autónoma de Madrid, donde empezó en 1973. Le hubiera gustado estudiar una carrera pero no la dejaron. Llegó el 22 de noviembre de 1975 y la proclamación del Rey, y se preguntó: "¿Qué va a pasar mañana cuando vaya a la ´uni´?" "Yo -explica moviendo la cabeza- no podía entender por qué no podía ser todo igual".

De compras

Le importa poco no salir a la calle como cualquier otro ciudadano. "No, no lo añoro. No me hace falta ir de compras. Me siento libre porque he hecho lo que quería hacer", asegura.

Se considera afortunada por haber viajado tanto. "Nos hemos movido mucho y eso es una bendición, porque hemos conocido a muchas personas y culturas y eso abre la mente", explica.

Admite que come todo lo que le dan, salvo carne. Reconoce que es vegetariana a medias, porque toma algo de pescado, aunque le es imposible comer animales. "Los adoro". Ese rechazo lo tiene desde pequeña. Cuando le daban carne "hacía bolas en la boca" hasta que podía deshacerse de ellas.

La Monarquía

Para la Reina, apoyar la cooperación española significa representar a su país y "contribuir". Y es que, para la Reina Doña Sofía, la Corona, la Monarquía, "están por encima de la política". Lo principal en nuestra vida, recalca, "es ayudar al otro, a mucha gente" y añade: "Si se puede contribuir ´bendito sea Dios´!"

Esa preocupación por los demás, por ayudar, por ser útil le hizo involucrarse del todo con los microcréditos, creados por su gran amigo el economista bangladesí Mohamed Yunus, o crear la Fundación que lleva su nombre y cuyo gran proyecto, el Centro de Investigación y Atención a los Enfermos de Alzheimer de Vallecas, es una realidad desde hace dos años.