Un torero bipolar, que una temporada protagoniza varias de las más aplaudidas salidas a hombros y unos meses después recibe críticas feroces, pero al que nadie niega el mérito de unos pases de pecho y naturales interminables, la imagen de marca en lo profesional de "El Cid". En lo personal, el mundo taurino sabe de la bonhomía de este torero que ayer volvió ante la afición gallega, su veterana conocida, para cortar una oreja y a la que atribuye todo el mérito: "Aquí te apoyan y te quieren y eso significa que uno también da ese paso más que no das cuando la gente está más fría, pero cuando la gente te apoya como aquí y si no sale un toro complicado uno intenta darle a esta afición lo mejor de si".

-¿Cómo acaba un informático de torero?

-(Risas) ¿Qué como acabo? Pues no lo se muy bien: en la vida de una persona se cruzan muchas profesiones, en la mía finalmente se cruzó la de torero y la verdad es que me alegro.

-¿Por qué se le dan también los toros nerviosos?

-Los toros nerviosos no, los toros nerviosos no se me dan bien por mucho que digan, lo que sucede es que los domino al que se deja dominar, porque le voy a decir una cosa: pienso que los toros nerviosos son como las mujeres, la que se deja se deja y la que no se deja creo que comete un error.

-Se cumple un año de su triunfo con la encerrona con los victorinos, ¿ya hay fecha para repetir?

-Tenemos en la mente otra pero todavía no tenemos fecha, lo que tengo claro es que la próxima será en Madrid.

-Para muchos no se puede torear con la muleta mejor que lo hace "El Cid" ¿qué se siente al verlo escrito?

-Ni una cosa ni la otra, ni tan malo unas veces ni tan bueno otras, cuando el toro se deja yo lo intento hacer lo mejor posible, estar contento y cuando no hay que mantener la actitud también, pero sí es verdad que tengo una forma de torear que conecto muy bien con el público, con el aficionado y eso es importante, que la gente disfrute conmigo.

-¿Cómo lleva críticas durísimas como las que ha soportado por sus problemas al matar?

-Bien, las críticas ya está uno curado de espanto y además ayuda que esta temporada la llevo muy bien, estamos disfrutando mucho, cuajando toros todos los días, el problema con la espada está solucionado, estamos matando muy bien los toros y eso era lo que hacía falta, estoy en un momento extraordinario y la prueba está ahí: llevamos cuatro o cinco corridas saliendo por la puerta grande y, sobre todo, disfrutando y cuajando toros que no son fáciles. Eso es lo que más me importa, que a lo mejor en años anteriores me costaba más y ahora los estoy cuajando cada vez mejor.

-Si rezase, sería para que se me concediese el recibir con idéntica indiferencia éxitos y fracasos ¿está de acuerdo?

-Si, no cabe duda, y además es que un torero debe de mentalizarse precisamente de eso, no te puedes subir en las nubes cuando una tarde sale buena y hundirte cuando la cosa no va tan bien. No cabe duda que cuando uno tiene una temporada larga tiene que haber de todo y lo importante es tener una regularidad pero tardes buenas vienen y tardes malas también van a venir, y seguirán viniendo, hay que intentar que sean las menos posibles pero también ser consciente, fuerte de mente, y estar preparado para el triunfo y para el fracaso.