Hoy se cumplen veinticinco años del fallecimiento -29 de julio de 1983 en Ciudad de México- de Luis Buñuel, el genio de Calanda. Han pasado los años, pero la obra del director de "Viridiana" mantiene intacta su capacidad de sugerencia, su mordacidad crítica, su ironía descarnada y sin miramientos. Buñuel ya no está, pero su cine pervive y conserva la misma vigencia y originalidad que en el momento en el que fue realizado."Decía Jean Cocteau -comenta el director Xavier Bermúdez- que Buñuel no era ni el número uno ni el número dos de la historia del cine, que simplemente estaba aparte: por un lado la historia del cine, por el otro, Luis Buñuel. Yo creo que tenía razón, pero también creo que es el número uno".

Hay unanimidad y consenso casi absoluto a la hora de enjuiciar la trayectoria cinematográfica del director nacido el 22 de febrero de 1900 en Calanda, Teruel. "La obra de Buñuel es un ejemplo de coherencia; es un autor en el sentido estricto de la palabra. Buñuel es nuestro Fellini", apunta Jorge Algora, director de "El niño de Barro". En el mismo sentido se expresa el realizador de "Pradolongo", Ignacio Vilar: "El ochenta por ciento de su obra sigue teniendo plena vigencia. La obra de Buñuel es inagotable. Se trata, sin lugar a dudas del mejor director español del siglo XX".

Vilar, que decidió bautizar a su productora "Vía Láctea" en homenaje al filme homónimo de Buñuel, hace hincapié en la permanente actualidad del director: "sus películas se siguen pasando por la televisión continuamente, lo cual indica que se ha convertido en un clásico. No es de extrañar porque es un cine lleno de riqueza, rebosante de una ironía que juega de lleno con el humor negro español que entronca directamente con Goya. Buñuel es un maestro, el maestro de la sutileza".

Otros realizadores como Antón Reixa difieren en este punto: "Yo creo que no se le evoca lo suficiente en la actualidad" asegura el director de "Hotel Tívoli"" al tiempo que rememora el momento, décadas atrás en el que descubrió el cine de Buñuel, al que no duda de calificar como una completa "revelación, un soplo de aire fresco. Es el mejor director español del siglo XX".

Maestro del surrealismo

Desde su primera película, "Un perro andaluz" (1929), Luis Buñuel acaparó los elogios del público y la crítica en todos los rincones del mundo. El ganador del Oscar de la Academia por "El discreto encanto de la burguesía" (1972) fue capaz de construir a lo largo de su carrera cinematográfica un universo plenamente reconocible y radicalmente novedoso. Maestro del surrealismo cinematográfico, su obra está plagada de títulos inolvidables como "La edad de oro" (1930), "Nazarín" (1959), "Viridiana" (1961), "El ángel exterminador" (1962) o "Belle deJour" (1966) con el que consiguió el León de Oro en el Festival de Venecia.

"Todas sus películas son fantásticas, pero me gustaría recordar una en concreto, La joven, que Buñuel rodó en Estados Unidos en 1962. Las críticas fueron demoledoras, decían que habría que colgarlo de las farolas de la quinta avenida por atreverse a rodar una película así", relata Ignacio Vilar. Este vigesimoquinto aniversario es buen momento para revisar este y el resto de títulos de Buñuel. Para ello está prevista una exposición con material inédito en la Filmoteca Nacional, un curso organizado por la Universidad Complutense sobre su obra y próximo el estreno del documental, "El último guión. Buñuel en la memoria" en el que colabora su hijo, Juan Luis, y que ofrece un recorrido por el Buñuel más personal.