A sus 74 años, Georges Moustaki todavía tiene "muchas cosas por hacer". Dedicado desde 1969 a las artes (música, literatura, poesía y dibujo), este hijo de griegos nacido en Egipto y afincado en Francia acude a Madrid para actuar en el mismo escenario por el que ya han pasado Lucio Dalla, Franco Battiato y Paolo Conte, dentro de la programación de los Veranos de la Villa.

"Es la primera vez que acudo a los Veranos de la Villa, pero con esos nombres veo que tienen un sabor muy mediterráneo", ha afirmado en una entrevista con EFE el cantautor, quien mantiene "una buena amistad" con Lucio Dalla.

Para Moustaki, el Mediterráneo es "más que una patria" y por eso siente especialmente todos los conflictos que, en torno a él, suceden. "Tenemos que solucionar los problemas entre nosotros", insiste el artista y se remite a sus canciones para dar una respuesta a estas dificultades.

"Declaro el estado de felicidad permanente y el derecho de cada uno a todos los privilegios", entona Moustaki traduciendo al castellano los dos primeros versos de uno de sus temas más celebrados, "Déclaration".

Precisamente por otra de sus canciones, "En el mediterráneo", Moustaki se convirtió en una de las figuras icónicas en España de la lucha por la libertad contra el franquismo.

"Era 1971 cuando toqué la canción en Barcelona, aunque sabía que las autoridades me lo habían prohibido", recuerda. "Fue un acto de rebeldía, pero el deber del artista es ir siempre por delante del político", sentencia el músico.

Desde su casa en Francia, donde reside desde hace 39 años, está viviendo muy de cerca las reformas sobre inmigración de los gobiernos de Sarkozy y Berlusconi. "Me siento muy cercano a los inmigrantes, porque cuando llegué aquí, yo mismo lo era".

Georges Moustaki se define a sí mismo como "un cliente de la vida" y, aunque dé la impresión de ser increíblemente activo por lo polifacético, confiesa ser "un hombre perezoso que ha tenido la suerte de hacer lo que más le gusta".

"No podría trabajar en una fábrica o en una oficina porque lo veo muy aburrido", señala el cantante, quien busca en sus discos momentos de reflexión, letargia y descanso.

De su vida sólo cambiaría el "hacer mucho más música", aunque para los demás buscaría algo más profundo, "la paz". "Me queda fuerza para hacer más música, más viajes, más amigos y más amores", apunta el artista.

Mañana en Madrid, Moustaki aparecerá con "nuevas canciones y nuevos músicos", junto a Enikö Szilágyi y el pianista Jacky Delance.

La última vez que visitó España fue hace dos años, con Barcelona como destino, pero él mismo no se acuerda de cuántos años hace que no se acerca a Madrid, aunque asegura que "no pueden ser muchos".

El nuevo álbum que tocará en el Patio de Conde Duque es "un disco de encuentros", algo que tampoco se aleja tanto de sus trabajos anteriores. Moustaki sabe que las situaciones cambian, pero "los temas sobre los que hay que cantar siguen siendo los mismos".