Los cientos de anuncios sobre comida rápida que inundan las calles y la etiqueta de los productos "fat free" (sin grasa) demuestran que hay algo que no funciona en la dieta alimenticia del país.

Por un lado, las grandes cadenas acaparan los mejores locales y durante todo el día sirven hamburguesas, perritos calientes y pizzas, todo en unas raciones mucho mayores de las que se sirven en otros países.

Mientras que por otro, hay una cierta obsesión con el consumo de productos bajos en calorías que abarrotan las estanterías de los supermercados junto a todo tipo de salsas y condimentos con los que aderezar esos alimentos sin grasas.

¿Otra de las contradicciones de este país? Puede ser, pero el caso es que según un estudio que publicó esta semana el Centro para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC), uno de cada cuatro estadounidenses padece obesidad, con las consecuencia para la salud que ello conlleva.

Según el estudio, para el que se encuestaron a más de 350.000 adultos de todo el país en 2007, el 26 por ciento de los consultados eran obesos.

De ellos, el 36 por ciento era población negra, frente al 28,5 por ciento de los latinos y el 24,5 por ciento de raza blanca.

Estas cifras son aún superiores en los estados del Sur donde más del 30 por ciento de los adultos resultaron ser obesos.

Pero ¿por qué el sur? La dieta tradicional del esta zona, basada en grasas concentradas y en comida con demasiadas frituras, pueden ser parte de la respuesta, según el doctor William Dietz, responsable del departamento de nutrición, actividad física y obesidad del CDC.

La obesidad es un exceso de grasa del cuerpo y está relacionada con en el índice de masa corporal del individuo, que se calcula en función de su altura y su peso. No es una cuestión de estética, sino de salud.

Lamentablemente esta región también concentra altas tasas de fallecimientos por dolencias cardiacas y ataques al corazón, enfermedades que los médicos relacionan directamente con la obesidad.

Además, según los expertos, en el Sur están los dos grupos de población que potencialmente suelen tener más riesgo de padecer obesidad (los habitantes de zonas rurales y las mujeres de raza negra), y las tasas de pobreza son más altas.

"La gente con menos recursos tiene tendencia a ser obesa", indica Naa Oyo Kwate, profesora de sociomedicina en el Mailman School of Public Health de la Universidad de Columbia.

"Las comidas más baratas suelen tener muchas calorías y la comida más sana, además de más cara, a veces ni se encuentra en los supermercados de algunos barrios", señaló.

De ellos, Misisipi es al que más afecta la obesidad, donde el 32 por ciento de sus habitantes sufren sobrepeso, una tendencia que mantiene desde 2004.

Sin embargo, de un tiempo a esta parte, Alabama, Tennessee, Virginia Occidental y Luisiana han ido ascendiendo puestos y, con tasas de entre el 28 y el 30 por ciento, ya se sitúan muy cerca de Misisipi.

En el lado opuesto, con un 19 por ciento, está Colorado, un estado que tiene fama de fomentar el deporte, en el que hay senderos para paseos a pie y en bicicleta, y, según los expertos, la población está más concienciada con la necesidad de hacer ejercicio.

Una dieta sana combinada con un poco de ejercicio pueden ser la clave para una larga vida, aunque exportar al país del plástico y las sodas la rica dieta mediterránea también podría ser una solución.