Doscientos kilómetros separan Argelia de Almería, de hecho en 2009 está previsto que entre en funcionamiento el gasoducto submarino que unirá con Béni-Saf y que multiplicará las exportaciones de combustible. En el caso de Marruecos, la distancia es aún menor: sólo 14 kilómetros en el Estrecho. Físicamente limítrofes, España y el Magreb son sin embargo dos grandes desconocidos, como reconocen los organizadores de la Bienal Internacional de Arte 2008 inaugurada ayer en Pontevedra, en la que Marruecos, Argelia y Túnez son los países invitados.

"Es la primera vez que una Bienal dedica en Europa su certamen monográfico al Magreb, una zona geográfica con la que nuestro país mantuvo una intensa y profunda relación a lo largo de la historia", recordó el presidente de la Diputación (institución patrocinadora de la cita artística) y anfitrión del acto, Rafael Louzán, al dar la bienvenida a los artistas e invitados a esta exposición.

Entre ellos, los embajadores de Marruecos, Omar Azziman y de Túnez, Mohamed Ridha Kechrid, dos de las autoridades que se refirieron a la Bienal como "puente artístico" entre países que son fronteras.

También el embajador de España en Marruecos, Luis Planas, incidió en ese carácter: "Este acontecimiento sobrepasa lo cultural, significa la voluntad de romper fronteras, también dentro del Magreb, esa idea de dialogar es una voluntad firme de construir juntos el mundo del mañana".

La segunda novedad que marca la Bienal 2008 deriva de su emplazamiento: la sexta sede del Museo, un edificio que ayer abrió parcialmente sus puertas -sólo la planta baja- para acoger las instalaciones y proyectos artísticos. Otra parte de las obras se exhibe en el Pazo da Cultura.

El acto de apertura se celebró en el vestíbulo al aire libre del nuevo Museo, una "plaza de la cultura" (como la definió Rafael Louzán) en la que se dieron cita numerosos representantes de la cultura gallega.

La Bienal servirá para testar este edificio diseñado por el estudio Ulargi-Pesquera y en el que se exhibirán varias de las más importantes colecciones del Museo Provincial.

Bajo el título Sen Fronteiras. Converxencias artísticas hispanomagrebís, reúne a 29 artistas (diez marroquíes, seis tunecinos, otros tantos argelinos y siete españoles) que reflexionan desde distintas ópticas sobre temas comunes como el multiculturalismo, integración, la globalización y, muy especialmente, el drama vital de la emigración.

¿Si un inmigrante desea no integrarse supone un riesgo para la democracia y el pluralismo? Más aún: ¿Debemos aspirar a ser una sociedad pluralista? ¿El multiculturalismo está creando pequeñas sociedades cerradas? Son algunas de las preguntas a las que se enfrentaron los artistas en sus obras y que también tendrán cabida en el ciclo de conferencias que se celebrará en el centro Caixanova desde hoy y que complementa a la Bienal.