Galicia acaba de perder a Virxilio Viéitez Bértolo, un fotógrafo genial. Falleció ayer a los 77 años de edad y sus restos mortales serán inhumados esta tarde en Soutelo de Montes, cuyas gentes retrató con maestría en los años 50 y 60. Sus magníficas fotografías -de excepcional valor técnico pero también etnográfico- quedarán para siempre en la retina de los privilegiados que pudieron contemplarlas.

Como suele ocurrir con los grandes creadores que llegan a hacer historia, el reconocimiento a su obra le llegó tarde si bien lo suficientemente a tiempo como para que pudiese disfrutarlo. Su hija Keta lo propició hace una década al organizar en 1997 una exposición que mostró en Soutelo de Montes un centenar de imágenes tomadas por Virxilio que llamaron la atención de Manuel Sendón y Xosé Luis Suárez Canal, primeros artífices de que la obra del soutelano se conozca hoy por todo el mundo.

Reconocido a la altura de fotógrafos como Ksado, Pintos o Manuel Ferrol, de él afirman los críticos que reflejó Terra de Montes en sus coordenadas de tiempo y espacio mejor de lo que nadie ha hecho nunca con ninguna otra comarca gallega. Su obra se expuso en los últimos 11 años en la galería de la agencia Vu de París, en el Instituto Cervantes parisiense, en la VIII Fotobienal 98, en el Museo de Arte Contemporánea MARCO y en la Sala de Exposiciones Caixanova de Vigo; en la selección "150 años de fotografía en España" del especialista en fotografía española Publio López Mondéjar en A Coruña; en Ourense; en la muestra "Al gust de Cartier-Bresson" en Barcelona; en Amsterdam y hasta en Nueva York. La calidad de su obra motivó incluso que una licenciada de la Universidad Complutense de Madrid la eligiese para realizar su tesis doctoral.

Asimismo, el carismático fotógrafo soutelano fue homenajeado el 8 de octubre en A Coruña en el acto de entrega de los premios Luis Ksado de fotografía por su larga y fructífera trayectoria profesional y su carácter de fotógrafo universal se ha exaltado en los últimos años, situándolo a la altura de autores nacionales como Cristina García Rodero y Ricard Terré, codeándose con grandes figuras del documentalismo contemporáneo como Abbas, Salgado o Robert Capa, pasando por clásicos como Lewis Hine o Man Ray.

A pesar de todo, Virxilio Viéitez nunca olvidó sus orígenes. Por ello, aunque no acudió a recoger la insignia "F" de plata de Forcarei porque, según indicó entonces, "non me gusta recibir unha distinción ó traballo nun encontro político", al recoger en A Estrada el Premio San Martiño de Normalización Lingüística 2001 -en la categoría de "Toda unha vida", que le otorgó la Asociación Cultural "O Brado"- subrayó: "nunca me impresionei tanto, nin sequera cando recibín algún premio en París, porque na Estrada estou como a miña casa". También entonces, con su aspecto campechano de siempre y su característica gorra, recordó que solía adquirir el material fotográfico en la tienda de Raúl Valiño y que conocía muy bien A Estrada porque hizo en este municipio "moitas reportaxes" y, a causa de ello, conocía "tódalas parroquias e igrexas" del concello.

Foto de portada

Apenas unos días antes, Virxilio Viéitez había podido ver con satisfacción cómo varias de sus imágenes eran recogidas en el libro "Un siglo en la vida de España", publicado por la editorial Lunwerg y elaborado por el experto en asuntos culturales Lorenzo Díaz y el fotohistoriador Publio López Mudéjar, ganador del Premio Especial del Ministerio de Cultura en los años 1989 y 1999. La fotografía de una vecina de Terra de Montes al lado de una radio tomada por Virxilio ilustró la portada del libro.

El ilustre retratista soutelano había logrado un reconocimiento merecido pero que no buscó conscientemente. "Durante a miña vida, sempre pensei no traballo que estaba a facer e nunca nos recoñecementos que podería recibir unha vez concluida a tarefa, pero agora comprobo que é unha satisfacción que alguén premie ese traballo e, sobre todo, que o poida disfrutar en vida, como me está pasando a min", confesó en noviembre de 2001 a FARO.