Julio Santos Pena / MARÍN

Con la puntual marcialidad de siempre el Juan Sebastián Elcano arribó al puerto de Marín por sus propios medios rematando la impecable faena de aproximación los remolcadores de Amare-Marín que lo fijaron al muelle definitivamente.

En tierra, formados, los alumnos de la Escuela Naval y la Banda de Música, que alternó interpretaciones de pasodobles con la de a bordo, mientras los familiares apelotonados en el muelle intentan descubrir la cara de su ser querido bien del contingente de 43 guardiamarinas, bien de los 232 miembros de la tripulación, formados unos y atentos a la maniobra, los otros, sobre la cubierta del Elcano.

Suena el Himno de la Armada cantado por los alumnos del barco y de tierra y se desprende la escalerilla por la que los marinos ya en tierra y tras la voz de rompan filas corren hacia sus familiares.

El primer acto del fin de curso ha terminado. El Juan Sebastián de Elcano dejará ver su magnífica estampa a quien pase por el Paseo Marítimo especialmente por la noche, hasta que en la tarde del día 17 volverá a su puerto base en Cádiz hasta enero.