Tras analizar 105 accidentes aéreos con 2.000 supervivientes, el estudio revela también que los pasajeros sentados en la parte delantera hasta la sexta fila --junto a las salidas de emergencia--, tienen un 65% más de posibilidades de seguridad de escapar al fuego en caso de incendio, frente al 53% de los que viajan sentados en la parte posterior.

Por contra, los asientos más peligrosos a la hora de afrontar un accidente son los que se encuentran a partir de la sexta fila desde la salida de emergencia. No obstante, la diferencia entre los supervivientes y los fallecidos es pequeña.

Las normas de seguridad internacionales obligan a efectuar pruebas de evacuación a bordo de los aviones que simulen casos de accidente. Según esta normativa, la media de evacuación por pasajero se sitúa en 90 segundos, aunque el estudio de la Universidad de Greenwich destaca que este tiempo suele superarse en condiciones reales.

Así, del análisis realizado se desprende que muchos pasajeros pierden tiempo al intentar ayudar a amigos o a parientes, mientras que los viajeros que viajan solos son los que suelen dirigirse antes a la salida.

El informe pretende demostrar que escoger bien el asiento puede influir en las posibilidades de supervivencia en caso de accidente y que dirigirse rápidamente a las salidas, siguiendo las indicaciones de la tripulación, es fundamental en caso de una evacuación de emergencia.