Nació en Tolouse en 1968. Estudio derecho, pero prefirió dedicarse a la música ya que desde muy joven quiso convertirse en dj. Hasta aquí todo normal, pero hay algo que hace diferente la peripecia vital y profesional de este francés afincado en Valencia: Pascal Kleiman nació sin brazos.

“Reconozco que es algo chocante, los primeros minutos cuando la gente me ve se queda asombrada, pero cuando la música comienza a sonar se olvidan de que la persona que está en la cabina pincha con los pies”, asegura, aunque sí reconoce que durante los primeros minutos de sus sesiones la gente sube en tropel a la cabina para fotografiarse junto a él.

Kleiman confiesa de forma rotunda que no es un impedimento tener que usar los pies para trabajar. “Cuando pinchas bien lo que funciona es el cerebro, no las manos ni los pies. Si has planificado bien los temas casi no tienes que tocar nada.” Esta noche podrá comprobarse su destreza ya que Kleiman es uno de los siete dj´s que participan en la primera edición del “Mixers Music Festival” que se celebra en el antiguo campo de fútbol de Santa Trega de A Guarda, organizado por la Asociación Vontade do Baixo Miño.

“Queremos hacer que la tierra tiemble”, afirma el dj, especialmente motivado para una cita organizada por personas que, como él, tienen alguna discapacidad. Kleiman reconoce que lo pasó mal durante la adolescencia, pero la ayuda familiar y su mentalización fue fundamental para seguir adelante: “Es una cuestión de actitud y de voluntad.

Yo ya no me veo diferente, es la gente la que me ve diferente a mí”, asegura al tiempo que renuncia por completo a la etiqueta de héroe. Pascal Kleiman es padre de dos hijos y compagina su labor de dj con la dirección de una tienda de música y ropa en Valencia. Quiere crear una asociación para ayudar a las personas con discapacitación.

Él es el ejemplo de que se puede llevar una vida normal: “soy yo el que me he adaptado a los retos que me plantea la vida cotidiana. Hay que asumirlo y tener fe. La espiritualidad, creer en algo, es fundamental.”