Miembros de Madres y Abuelas de Plaza de Mayo e integrantes de organizaciones sociales y de derechos humanos comenzaron la caminata de dos kilómetros que separan la ex Escuela Mecánica de la Armada del "Monumental", donde la selección argentina ganó el Mundial hace 30 años, en pleno régimen militar.

Los familiares de víctimas de la dictadura portan una bandera de 400 metros con los rostros de los desaparecidos durante los denominados "años de plomo".

"No es una fiesta, es la reivindicación de un pueblo y de quienes sufrieron la dictadura. Estaremos juntos, nos abrazaremos y seguramente algunas lágrimas derramaremos", señaló la titular de la organización humanitaria Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora, Nora Cortiñas, instantes antes de iniciar la marcha.

Los característicos pañuelos blancos de las madres y abuelas y los carteles con las caras de personas desaparecidas durante la última dictadura militar argentina (1976-1983) enmarcan la manifestación, que culminará en el estadio de River.

Allí, con las camisetas de la selección, combinados integrados por jugadores del Mundial de 1978, de la selección argentina sub-20 y jóvenes no profesionales disputarán "La otra final: el partido por la vida y los derechos humanos".

"Lo que tenemos que hacer es memoria colectiva frente a lo que ocurrió y lo que ocurre en el país. La memoria nos tiene que iluminar el presente", manifestó Adolfo Pérez Esquivel, Premio Nobel de la Paz 1980 y quien durante la dictadura estuvo detenido y sometido a torturas durante más de dos años.

Después del partido, varios músicos como Luis Alberto Spinetta y Lito Vitale, entre otros, ofrecerán un recital, con el que culminará la jornada de recuerdo.

El Mundial'78 fue un caso paradigmático de utilización del deporte con fines políticos, ya que el fútbol fue parte esencial de la agenda de la dictadura.

"El campeonato se utilizó para tapar los delitos de lesa humanidad que se cometían en aquellos tiempos", señaló una de las asistentes a la marcha.