Paloma Saiz, coordinadora del programa de Fomento a la Lectura "Para leer en libertad", explicó a Efe que la industria editorial mexicana tiene sus almacenes llenos de libros que han salido ya de los canales habituales de venta y están a las puertas del retiro.

La ley mexicana les impide que sean donados o regalados a menos que paguen altos impuestos por ello, así que muchas editoriales no ven otra salida que destruirlos.

Para evitarlo, en diciembre pasado el gobierno capitalino realizó la primera venta de remate, con la participación de ocho editoriales.

Fue tal el éxito de la convocatoria, que en esta ocasión 75 editoriales, como Planeta, Santillana, Grupo Z, y el Fondo de Cultura Económica (FCE) se han unido a esta oferta.

En los 1.350 metros cuadrados que ha cedido el Auditorio Nacional, la gente puede encontrar libros desde 5 pesos (unos 50 centavos de dólar) a 130 pesos (unos 13 dólares), de autores tan variados como Arturo Pérez-Reverte, Carlos Fuentes, Almudena Grandes, José Saramago, Antonio Gala, William Shakespeare, Frank Kafka, Mario Benedetti o Charles Dickens.

"Pretendemos con esto, ayudar por un lado a que no se trituren los libros y por otro fomentar la lectura en el país consiguiendo precios bajísimos", explicó Saiz.

Según encuestas, los mexicanos leen un promedio de tres libros al año por lo que autoridades de diferentes niveles impulsan el fomento a la lectura, como la alcaldía capitalina que ha repartido libros en el Metro para que los pasajeros los lean durante su trayecto.

La editorial Planeta ofrece 15.000 libros a precios que oscilan de los 10 pesos (un dólar) a 129 (unos 12 dólares) mientras que, por ejemplo, Santillana vende 8.000 ejemplares de 25 pesos (menos de 3 dólares) a 110 pesos (unos 11 dólares) el más caro.