Durante la firma hubo un intercambio de presentes en el que el alcalde entregó a Paulo Coelho una copia de un libro de un peregrino que hizo el Camino de Santiago en el siglo XV, así como un pergamino en que se recoge la concesión del nombre del escritor a una calle compostelana, mientras que el escritor, obsequió al alcalde con un regalo que no podrá abrir hasta hoy.

El best-seller brasileño señaló que para él era un honor volver a Compostela. “Siempre fue muy importante para mí, porque mi vida cambió después de hacer el Camino”, afirmó antes de reconocer que no lo había hecho más de una vez y que tampoco lo completó, ya que salió de la localidad francesa de Saint Jean Pied de Port hasta O Cebreiro (Lugo), y que desde allí cogió un autobús hacia Santiago.

Asimismo admitió que cada vez que está en Santiago se siente “como en casa” y reconoció que la noticia de la calle, de la que se enteró por un amigo de A Coruña, le tocó “muchísimo”. Coelho se mostró emocionado por ser la primera calle que lleva su nombre en vida y bromeó diciendo que espera que después de que muera tenga otras calles en otras ciudades.

Sobre su experiencia personal, el escritor explicó que “el Camino de Santiago empezó en Santiago” y que desde ahí tuvo que mirarse a sí mismo, y que entonces decidió hacerse escritor.

El escritor explicó que “con 39 años uno no empieza a ser una cosa” y que él lo dejó todo para empezar a escribir El Peregrino de Compostela, su primera novela.

“Lo más importante del camino no es el plan en el que lo haces”, dijo, porque el camino es más importante que el caminante y que cuando lo haces “llegas aquí con otra perspectiva de vida”.

Coelho, para concluir, confesó que al llegar entendió que el Camino era “la sencillez, el contacto con la gente”.