Así lo ha indicado hoy el director general de Aduanas e Impuestos Especiales de la Agencia Estatal de Administración Tributaria, Nicolás Bonilla, al ser preguntado en rueda de prensa si el caso del aceite de girasol contaminado con hidrocarburos y procedente de Ucrania había propiciado nuevas medidas de vigilancia aduanera.

Bonilla, que ha firmado un convenio con Consumo para reforzar la vigilancia fronteriza de productos inseguros, ha confesado que nada ha variado en la actuación que Aduanas ejerce sobre el aceite a granel porque, al no ser apto para el consumo, los controles tienen que hacerse cuando haya sido refinado.

Ha insistido en que, según la legislación actual, este producto no requiere para atravesar la frontera "ningún certificado sanitario", por lo que su departamento "cumplió escrupulosamente todos los requisitos necesarios para la importación" antes de que Sanidad emitiese la alerta de las partidas ucranianas.

Para el dirigente de Aduanas, la llegada a España de mercancías sin control sanitario es "una realidad" porque algunas "no vienen terminadas ni preparadas para el consumo, sino que requieren una actuación posterior".

Además, ha salido al paso de las declaraciones de los Técnicos del Ministerio de Economía y Hacienda (Gestha) que denunciaron tras la retirada del aceite de girasol que los controles fronterizos se realizaron mediante escáner, sin efectuar los análisis de laboratorio pertinentes.

Bonilla ha expresado su sorpresa por estas acusaciones y ha vinculado "esa queja" con una "reivindicación laboral que ahora mismo puede existir en la Agencia Tributaria".

"No tiene jurídicamente ningún sentido, puesto que yo puedo traer muchos productos en un proceso intermedio de producción y en ese momento no es necesario exigirles el certificado sanitario, porque la normativa así lo dice", ha sentenciado.

A su juicio, "el tema es tan claro" que los responsables de este ámbito se quedaron "bastante perplejos" cuando conocieron las acusaciones de los técnicos.