El pasado 15 de mayo la Corte Suprema de California declaró inconstitucionales las leyes que prohíben las bodas entre personas del mismo sexo en California, que se convirtió en el segundo Estado de EEUU, después de Massachusetts, en permitir estos enlaces.

La sentencia judicial dio la razón a la demanda presentada por la ciudad de San Francisco y los colectivos de gays y lesbianas que desde 2004 perseguían en los tribunales el reconocimiento de su derecho a casarse.

Un capítulo que se cerrará, al menos por el momento, a partir de la última hora del lunes y de forma masiva desde el martes por la mañana cuando se espera que numerosas parejas homosexuales acudan al registro civil para cambiar su estatus al de matrimonio.

Además de sus connotaciones legales, las bodas gays tendrán unas importantes consecuencias económicas para un estado asfixiado por la deuda y donde sus ciudadanos se muestran divididos frente a este cambio social.

Según un estudio del Instituto Williams de la Escuela de Derecho de la Universidad de California de Los Ángeles (UCLA), los matrimonios entre personas del mismo sexo generarán un volumen de negocio de más de 680 millones de dólares (438 de euros) en los próximos tres años en este Estado.

Entre los principales beneficiarios de estas bodas, además de los contrayentes, estará la Administración Pública que ingresará hasta 2011 más de 60 millones de dólares (38 de euros) gracias al amor de las parejas gays, que creará de forma indirecta cerca de 2.200 empleos.

Los números acabaron por aplacar la negativa del gobernador de California, Arnold Schwarzenegger, quien vetó en varias ocasiones propuestas legislativas favorables a los enlaces entre homosexuales.

"Deseo suerte a todo el mundo con sus matrimonios y espero que se revitalice la economía de California porque toda la gente venga aquí a casarse", afirmó recientemente este mandatario.

De hecho, se calcula que 70.000 parejas de homosexuales acudirán a este Estado en los próximos tres años para celebrar su boda, una cifra a la que se sumarán unas 50.000 parejas gays residentes en California.

El informe del Instituto Williams calculó que si se autorizasen los matrimonios entre personas del mismo sexo en todo el territorio estadounidense, la caja del gobierno Federal obtendría unos réditos extra anuales de 1.000 millones de dólares (645 de euros).

No obstante, la medida del Tribunal Supremo puso en pie de guerra a los ciudadanos y agrupaciones conservadoras de carácter religioso, que iniciaron una recogida de firmas para apoyar una iniciativa que pretende modificar la Constitución de California y declarar inconstitucional el matrimonio entre personas del mismo sexo.

Si cuenta con el respaldo social suficiente, la propuesta deberá someterse a votación el 4 de noviembre, coincidiendo con los comicios presidenciales en EEUU.

Las últimas encuestas, sin embargo, mostraron un cambio en la opinión pública californiana que, por primera vez en tres décadas, se posicionó a favor de las bodas gays, si bien no de forma unánime.

El sondeo publicado a finales de mayo por el instituto Field Poll indicó que un 51 por ciento de los electores ve con buenos ojos estos enlaces, frente al 42 por ciento que se manifiesta en contra.

En medio de este debate, rostros conocidos del mundo del cine y la televisión en EEUU no dudaron en hacer pública su intención de casarse al amparo de la decisión del Supremo, como la presentadora Ellen DeGeneres o el actor George Takei de la serie Star Trek, que contraerán matrimonio próximamente con una persona de su mismo sexo.