David Jiménez ha sido uno de los pocos periodistas occidentales que ha conseguido entrar en Corea del Norte, que describió como "una dictadura brutal" y "el país más cerrado del mundo". Tras hacerse pasar por comerciante de papel, en la frontera con China conoció a Kim, un niño de diez años que había dejado atrás su aldea norcoreana, donde la mitad de la población había muerto de hambre, incluida su madre. "Muchos niños como él huyen a China para recolectar comida y volver. Cruzan el río, sortean soldados norcoreanos y cruzan la frontera -relató-. Jamás he vuelto a saber de Kim, no sé si terminó en un campo de concentración".