Parece un tipo tranquilote y sencillo, de esos por los que el tiempo pasa lentamente. Y tiene tras de sí una trayectoria cinematográfica de mucho merecimiento. Desde los años 70, en que empezó realmente a hacer cine salvadas unas cuantas cintas de iniciación anteriores, Gutiérrez Aragón está indisolublemente unido a la historia de la España del cambio. Pero su última película de las casi 30 que ha dirigido o producido, "Todos estamos invitados", responde a razones más allá de lo cinematográfico: el compromiso de ciudadano contra el terror en el País Vasco. Estuvo en el Club FARO.

-Un cuarto de siglo cumple usted con el cine, desde su primera película seria, Habla mudita... ¿Hay algo que une todas?

- Aquí me pasa como con la vida conyugal: existirá, pero nadie sabe en qué consiste. Pienso que no hay nexo de unión, salvo el propio carácter o estilo del director, porque en cada una quiero contar una historia distinta.

-Bueno, la Transición marcó su cine...

- La etiqueta que tengo encima es que soy un director de la Transición y lo soy pero nunca fui un director realista y por tanto mi visión de esta etapa no es como la de otras películas más documentales o sociales.

- Usted fue presidente de la Sociedad de Autores hasta 2001. Ocho años después ¿siguen pirateando?

Sin freno ni mesura. Desde luego, el consumidor o el que piratea no es el responsable máximo porque la gente quiere abaratar costes. La conciencia de respeto al autor no funciona ahí pero otra cosa es la protección de la obra. Ahora aún hay menos que en mi etapa de presidente porque Internet no hay quien lo controle. Sigue siendo un problema y gordo.

- Desde luego, para la música el pirateo es un palo...

-A la música ha estado a punto de destruirla y bastante al cine. Está claro que se baja mucha película de Internet.

- No sé si es un clamor que el cine español no suscita interés...

-Esto va por épocas. Hace cuatro o cinco años todo el mundo estaba contento con el cine español. Luego sufrimos una sacudida muy fuerte con las posiciones de algunos directores ante la guerra de Irak y también está la fama de pedigüeños que tenemos...

-Pero ¿cuál es su opinión sobre el cine español que se hace?

Hombre, nunca hemos tenido tanto reconocimiento internacional pero... en realidad ya no se dice cine español sino europeo. Todo se entrecruza.

"Ahora lo más puntero son las series televisivas"

Podría ser lo contrario porque todos convivimos con nuestras contradicciones pero no me imagino a este Gutiérrez Aragón, a pesar de tanto trabajo de tensión creativa desarrollado, de otro modo que tranquilo. "Eso es un triunfo", le digo. "No es todo así como parece", responde sonriendo.

- En cine, lo más taquillero es lo más banal y si no, ahí está Torrente...

Eso siempre fue así y también en el teatro y en la literatura. Un calendario con chicas de Exclusivos Riotinto se ve más que un cuadro de Picasso. La comedia siempre tuvo más éxito que el drama.

-¿No se ve abocado el cine a una realización deudora de las series televisivas?

Es que ahora lo más puntero que hay, donde se están rompiendo moldes es en las series televisivas. No digo en las españolas pero las hay americanas que están resultando más interesantes y atrevidas que muchas películas.

-Algo ocurre también con las españolas...

Se dice que el cine español está en crisis, que la gente no va... y es cierto en parte. No está en crisis el cine sino que hay un cambio de espacios en los que se ve, y de soportes, como el DVD. Pero también influye que las series españolas triunfan en la pequeña pantalla. No entre quienes hemos sido educados ante la grandeza de la gran pantalla.

-¿No se hacen en España demasiadas películas para su mercado potencial?

En España se hacen demasiadas películas, ciertamente. Habría que hacer menos y más ambiciosas. Dicen que el mercado se autoregula pero quien tiene dinero o lo consigue de su comunidad autónoma hace su película, y claro...