Con una ambigüedad calculada, Hamid cuenta la relación entre un norteamericano recién llegado a Lahore y un paquistaní, Changez, que entabla una conversación con su interlocutor casi por azar, sin que el lector llegue a saber en un principio cuál es la verdad de ambos.

Changez,que se convierte en la única voz de la novela, le va dando un tono cada vez más ominoso a sus palabras, y la inteligencia y la ironía que las teñían van cobrando a lo largo de las páginas una ambigüedad y un acento siniestro que nada bueno presagian para el final de ese encuentro supuestamente fortuito.

La novela remite rápidamente a la propia biografía del autor, pues Hamid estudió en Princeton y en la Harvard Law School y trabajó varios años como asesor financiero en Nueva York, donde vivió los efectos del 11-S, hasta que se instaló definitivamente en Londres.

En una entrevista concedida a Efe en Barcelona, Mohsin asegura que "Changez no soy yo desde muchos puntos de vista, porque es más joven de lo que yo era en 2001, su psicología, la inseguridad que siente, la construcción de su carácter es diferente de la mía".

Hamid quiso desde un principio escribir esta historia en formato narrativo y no ensayístico: "Aunque habitualmente escribo artículos y ensayos, cuando quiero decir lo que pienso escribo novelas".

"El fundamentalista reticente" (Editorial Tusquets) es, en opinión del autor, "una novela sobre el miedo y sobre el otro" y, en cierto modo, funciona como un "espejo", pues en todo momento habla Changez. "El lector sólo escucha la mitad de una historia".

Esta técnica, comenta Hamid, lleva al lector a preguntarse sobre la historia de la novela: "¿Es un pakistaní que conoce (al americano)? ¿Es un agente de la CIA que está cazando a un terrorista o un terrorista cazando a un hombre de negocios inocente?".

Al hilo de estas preguntas, el autor reflexiona que "en última instancia, la novela trata sobre el miedo del mismo lector y su propio sistema de creencias, pues en la literatura lo que convierte en narrativa un hoja blanca con caracteres negros es la mente del lector".

"El fundamentalista reticente" nació en 2000 como "la historia de un pakistaní que decide abandonar EEUU a pesar de estar enamorado de una norteamericana, simplemente por que no podía superar el conflicto interior entre su tribu pakistaní y su tribu occidental".

Aquella "fábula silenciosa" quedó superada por el 11-S y por la forma en que evolucionó el mundo después de aquella fecha, dice Hamid, y al final "aunque el núcleo de la narración es el mismo, sólo hay tres o cuatro palabras en común entre ambas versiones, pues la fábula no era el mejor vehículo para describir la situación posterior al 11-S".

El miedo, la desconfianza, la rabia habían superado los límites del mito blando planteado al principio por Hamid.

Desde su propia experiencia en EEUU, Hamid cree que "Bush tuvo una parte fundamental de la manipulación que se produjo tras los atentados, a pesar de que para que esa manipulación funcionase también tenía que haber una predisposición entre la población".

La población, y con ella Bush, añade Hamid, no utilizó el sufrimiento como empatía hacia las muertes violentas que han sufrido otros países, sino que dijeron: "Somos una tribu que ha sido atacada por otra tribu y ahora debemos restablecer nuestro honor".

Sobre su posible sucesor, Barak Obama, Hamid cree que por sus orígenes y su trayectoria, "un hombre así debería ser capaz de establecer una relación empática muy fuerte, y ahora, más que nunca, Estados Unidos, necesita un dirigente de verdad con sentimientos empáticos".