¿En qué momento de la historia reciente de ETA se empieza a preparar esta última película de Gutiérrez Aragón? Según el director el guión se empezó a escribir antes de la tregua. "Se recopilaron escenas, nos asesoramos con José María Calleja... Luego, en el verano de 2006, llegó la tregua decretada por la banda terrorista. Pero no por eso se modificó el guión. Si la tregua no modificó el guión, tampoco lo hizo su ruptura".

¿Y cómo se tomó la determinación de rodar en San Sebastián? ¿Tuvieron problemas al rodar en la Parte Vieja de la ciudad, lugar habitual de protestas? Según Gutiérrez Aragón contó alguna vez, se pensó mucho si era conveniente rodar en el País Vasco o no. Al final, se optó por rodar allí. "Debo decir que tuvimos toda clase de facilidades y que prácticamente no hubo incidentes. Un día, una manifestación por la liberación de De Juana Chaos atravesó el rodaje. Estábamos en la Parte Vieja, pero ellos estaban en lo suyo y nosotros en lo nuestro. Más terrible, la verdad, era encontrarte con verdaderos amenazados por las calles, con sus escoltas, en medio de la alegría de los bares y el bellísimo fondo del Cantábrico".

La desmemoria

¿Y qué hay de la historia del etarra desmemoriado que protagoniza tal película? ¿De dónde sale? "Es una historia que me contó Juan Mari Bandrés hace tiempo. Me pareció una historia irresistible: un militante de ETA que es herido en la cabeza mientras participa en un atentado y que, al recuperarse de sus heridas, no recuerda quién es. Unos le dicen que es un valeroso gudari, y otros un ciudadano normal y él no sabe a qué carta quedarse. Compañeros, madre, médicos le intentan arrastrar hacia un lado u otro, cada uno tira de él hacia la violencia militante o hacia la integración social. Curiosa historia, ¿verdad?".