Los 59 campos de refugiados palestinos componen casi un país propio con colegios, clínicas y viviendas disperso entre Gaza, Cisjordania, Siria, Norte de Líbano y Jordania, con 4,5 millones de habitantes. Desde 1948, intentan llevar una vida lo más normalizada posible en un espacio prestado donde ONG y voluntarios trabajan para facilitarles el fin.

Entre las distintas organizaciones presentes, la Agencia de la ONU para los Refugiados Palestinos (Unrwa), que dedica la mitad de su presupuesto a la educación de los niños de los campamentos en 656 escuelas. La Agencia tampoco se olvida de la salud de la población. Los médicos que ha contratado atienden a 110 pacientes a diario en las 122 clínicas repartidas por los campos.

Son los pequeños apuntes de una ayuda humanitaria que ha cruzado la frontera del Oriente conflictivo hasta Galicia a través de una exposición fotográfica, "Los refugiados de Palestina, 60 años". A través de 40 imágenes, la muestra adentra en la vida en los campos tal y como la ven a diario los voluntarios.

"Sintieron el impulso de tener que transmitir al mundo lo difícil de la situación de los refugiados. Son documentos excepcionales que muestran las dificultades de todo tipo que tienen que soportar", explicaba ayer Roberto Mansilla, analista del Instituto Galego de Análise e Documentación Internacional (IGADI), que inauguró la exposición en el Verbum de Vigo junto a Raquel Martí -de la junta directiva de la Unrwa- y la concejala de Benestar Social, María Méndez.

La fotografías (la mayoría en color) se han dispuesto en cinco paneles en los que se explica la labor que realiza la Unrwa; sus actuaciones en materia de educación, salud, servicios sociales y desarrollo económico. Imágenes con la presencia latente del muro levantado por Israel y considerado ilegal desde 2004 por la Corte Internacional de Justicia. La muestra permanecerá en el Verbum hasta el día 20.