Encontrar etiquetas en productos alimenticios que los presentan como saludables, bajos en calorías o que cuentan con la recomendación de Universidades o Fundaciones es bien frecuente en los muestarios de los supermercados. Sin embargo, según un estudio de CEACCU, estas prácticas incurren en muchas ocasiones en un etiquetado engañoso que no hace otra cosa que aumentar nuestra percepción de que el producto comprado es mejor que el resto y, por tanto, justifique un aumento en su precio, algo que ocurre en un tercio de los productos alimenticios.

Tras el análisis de 448 etiquetas de productos, la Confederación Española de Organizaciones de Amas de Casa, Consumidores y Usuarios (CEACCU), elaboró un informe en el que ponen de manifiesto cómo el etiquetado engañoso en una práctica común por muchas empresas como argumento para aumentar el precio de sus productos.

Con ello, se percataron de que muchos productos incluían etiquetas específicas en las que los verdaderos ingredientes "se ocultaban bajo denominaciones fantasía", es decir, que la auténtica naturaleza del producto "se esconde detrás de la marca". Así, la responsable del informe y de alimentación de CEACCU, Yolanda Quintana, señaló como ejemplo de esto la 'Pechuga de Pavo El Pozo Bien Star'.

En la misma línea, criticó el notable aumento que se ha experimentado en los últimos tiempos de mensajes relacionados con productos que aumentan "el bienestar general" pero sin concretar ningún beneficio. Tal es el caso de lemas como 'El yogur que te favorece en todos los sentidos' (Emmi Aloe Vera de Kaiku) o el 'Cuidado natural' de 'Tosta Rica Chocoguay' (Cuétara).

De esta forma, el documento presentado hoy señala que los alimentos con etiquetas específicas pueden llegar a ser hasta un 130% más caros que los productos convencionales, sobre todo en el caso de las galletas (un 184,37% más caras), las margarinas (un 146,79%) o la leche (un 55,06% más caras). Así, las empresas se aprovechan de que el consumidor está "dispuesto a pagar más" por un producto cuyo consumo repercute en la salud.

Por ello, destacó el hecho de que las empresas "destacan aspectos menos significativos que no son útiles para el consumidor mientras que la información obligatoria pasa a un segundo o tercer plano".

Consumo racional

En la misma línea, es un recurso cada vez más frecuente asociar un producto a recomendaciones de Universidades, Asociaciones y Fundaciones "de todo tipo" que, en muchos casos, "han sido creadas por las propias empresas" para respaldar la información que ofrecen. Por ello, denunció que en numerosas ocasiones, productos denominados 'saludables' no cuentan con el "respaldo científico ni la autorización administrativa correspondiente".

Por ello, toda esta información ofrecida en los productos alimenticios "induce a error sobre la naturaleza saludable del producto" ya que, por ejemplo, algunos alimentos 'sin colesterol' tienen un elevado contenido en grasas naturales. Así, para evitar que los consumidores se vean inducidos por estos mensajes, CEACCU pondrá en marcha una campaña informativa para promover el consumo "sano y racional" a través de recomendaciones y consejos prácticos.