-Las expectativas de vida aumentan.

-Pero el síndrome metabólico va a suponer un pequeño parón. Aparece ya en gente muy joven. Apenas nos habíamos percatado. Pero comer de forma no adecuada afecta no sólo a los mayores, también a los chavalines; incluso a niños de cinco o seis años de edad. No se les está formando en la manera de alimentarse adecuadamente. Leen, escriben y, por cierto, entienden con dificultad lo que leen y escriben, y además reciben una comida atractiva pero que produce trastornos. Ya estamos viendo una juventud con un poco de sobrepeso. De ahí, adultos obesos.

-Se habla de una epidemia en ciernes.

-La obesidad es el exponente, es lo más explícito del problema metabólico general, que se acompaña de hipertensión o diabetes tipo dos con tejidos resistentes a la insulina. Todo eso en conjunto conforma el síndrome metabólico. Tiene su riesgo, pues quienes lo padecen sufren más accidentes cardiovasculares o cerebrovasculares y experimentan mayor propensión a algunos tumores o a enfermedades desagradables aunque no sean tumorales.

-¿Por qué?

-No está clara la base íntima de esos procesos pero se conocen bien, y sus implicaciones. Es el caso de la entropía de las tablas de vida, que dicen los expertos. Nuestros nietos tienen expectativas de vida de 83 años, y cuando yo era joven estaba por los 75 años. Desde principios del siglo XX la expectativa ha crecido de forma muy rápida, hemos ganado muchos años a la vida. Nuestros tatarabuelos llegaban a 50 o 60 años. Ahora, a los 80. Pero hemos alcanzado un nivel y en lo sucesivo arañar años a vidas longevas será difícil. Esa dificultad es la entropía de las tablas de vida. Se suponía que pronto sería fácil llegar a 90 o 95 años de edad pero algunas cosas están empezando a frenar ese proceso. El caso más extremo es la endemia de sida en el África subsahariana, que deja la expectativa de vida por debajo de los cincuenta años. Y lo mismo, aunque menos extremo, es el síndrome metabólico de los adolescentes, así que no será fácil que pasen de los 90 años. La obesidad es una epidemia y se debería tomar mucho más en serio.

-¿Por qué no es fácil adelgazar?

-Teóricamente está al alcance de cualquiera perder peso. Si se ingieren calorías de origen variado y que no superen nuestras necesidades diarias, no se aumenta de peso. También hay que hacer algún esfuerzo. Antes se decía que el secreto es levantarse de la mesa con un poco de hambre. Cierto. Y no se debe coger el coche para todo. Y conviene hacer ejercicio dos veces por semana. Pero no tenemos tiempo o nos volvemos perezosos. El mensaje es el de siempre: si uno se acostumbra a levantarse de la mesa con un poco de ganas de seguir comiendo, si no coge el ascensor, si va al trabajo andando, si hace todos los días 15 minutos de ejercicio en casa... así, se adelgaza.

-¿Con la edad se sube de peso irremediablemente?

-Cuando se gana peso el organismo intenta mantenerlo y con los años se vuelve perezoso o pierde la memoria y se olvida del peso anterior. Entonces es difícil quitar los kilos.