En declaraciones a EFE, Machel, una reconocida figura internacional que trabaja desde hace años para atraer la atención sobre los problemas de los niños en los países de África y de otras zonas pobres del mundo, ha señalado que no se puede seguir con esta situación y pide que "se acabe con esta hipocresía de dar por un lado para luego quitar".

Ha denunciado además que ante la falta de profesionales sanitarios, "los países industrializados organizan verdaderas campañas de reclutamiento activo en los países pobres", lo que está perjudicando mucho los sistemas sanitarios de estos países, que ya están muy debilitados.

Machel recibió en 1998 el Premio Príncipe de Asturias de Cooperación Internacional por su lucha en favor de los derechos de las mujeres y su trabajo en la reconstrucción de la sociedad civil de su país, Mozambique, del que llegó a ser ministra de Educación.

Para mejorar la sanidad de los países pobres, defiende que lo que hace falta "es que los países más ricos den dinero para incentivar a estos médicos y evitar su fuga por falta de oportunidades".

Asegura que el problema de África está en que los médicos carecen de recursos económicos, técnicos y científicos suficientes como para que puedan crecer profesionalmente, y que ante esta falta de medios la salida más fácil que tiene es marcharse a otros países para mejorara sus condiciones de vida y de trabajo.

Sin embargo, está convencida de que "muchos se quedarían si tuvieran alguna ayuda para mejorar sus condiciones, porque a menudo el dinero no es lo que más importa, sino la realización personal", y también si "se les hiciera partícipes de proyectos de investigación".

Se lamenta de que el esfuerzo que deben hacer estos países en formar durante siete o diez años a sus médicos y a su personal sanitario no se convierte finalmente en un activo para estos países y, al contrario, acaba dando su fruto en países desarrollados.

En sus declaraciones ha citado como ejemplo de buena cooperación el centro de investigación de la vacuna de la malaria que coordina el español Pedro Alonso en Manhiça (Mozambique) porque se hace investigación de primer nivel, los médicos locales tienen acceso al conocimiento y los de otros países acuden a este centro para trabajar.

Quiere además que esta experiencia de Mozambique, un país en el que sólo hay 900 médicos, menos que los facultativos que trabajan en el hospital Clínico que coordina esta investigación sobre la malaria, se extienda a otros países.

Graça Machel, casada desde 1998 con el líder sudafricano Nelson Mandela, ha participado en Barcelona en un Simposio Internacional sobre los Avances en Inmunización en los Países en Vías de Desarrollo, en que los expertos han concluido que no es efectivo apoyar iniciativas sanitarias si no se tienen en cuenta los sistemas de salud de los países en los que se quiere intervenir.

La presidenta de la Alianza GAVI lucha con los organismos internacionales para que los programas de vacunación sean el vehículo de entrada de otras intervenciones como programas de salud materno-infantil, y que se invierta en capital humano y en las instituciones de los países, para que los proyectos sean posibles.

La Alianza GAVI, de la que también forma parte la Fundación Bill y Melinda Gates, que ha aportado 1.500 millones de dólares para esta causa, ha protegido a 36,8 millones de niños con vacunas básicas contra la difteria, el tétanos y la tos ferina, y además ha inmunizado a 176 millones de niños con vacunas nuevas e infrautilizadas, ha reconocido la OMS.

Desde su creación en el año 2000, este organismo ha evitado la muerte de 2,9 millones de niños gracias a las vacunas, "el escudo más eficaz contra las enfermedades que se pueden prevenir", según Graça Machel.