Entre estos casos figura la investigación abierta por Sanidad sobre la marca Herbalife y la retirada del mercado del adelgazante Depuralina, al advertir posibles efectos adversos como toxicidad hepática y alergias así como irregularidades en su comercialización.

También se ha conocido el fallecimiento de una persona que consumió un laxante etiquetado por error como "sulfato magnesio anhidro", pero que contenía sulfato de manganeso.

A pesar de que la publicidad de adelgazantes se prohibió hace ya más de una década, estos productos se siguen anunciando y vendiendo a miles de personas que confían en sus poderes para perder peso.

El ministro de Sanidad, Bernat Soria, ha reiterado que las últimas actuaciones de su departamento dan muestra de que "los sistemas de control funcionan" a la hora de "proteger" a los ciudadanos de sustancias que puedan entrañar riesgos para la salud.

Sin embargo, fuentes de su departamento consultadas por EFE reconocieron que Sanidad no puede actuar contra los productos "milagro" al no anunciarse como fármacos y registrarse como dietéticos, con lo que eluden los controles sobre medicamentos.

De hecho, las autoridades sanitarias adoptan medidas coercitivas sobre ellos cuando descubren una publicidad engañosa o fraudulenta y ante denuncias de supuestos efectos nocivos en los usuarios.

Sanidad insiste en la necesidad de que los consumidores sean prudentes porque ningún fármaco adelgaza, en que desconfíen cuando se les promete que perderán gran cantidad de peso en poco tiempo y en que no compren productos que se venden sin control por Internet.

Las organizaciones de consumidores no comprenden esta pasividad y han pedido a Soria que impida la llegada al mercado de "seudofármacos" antes de que causen daños en la población, como ha ocurrido ya reiteradas veces.

FACUA-Consumidores en Acción ha denunciado la existencia de un entramado internacional dedicado a la venta ilegal de adelgazantes, que contienen hasta cinco tipos de hormonas tiroideas y sexuales.

El portavoz de esta organización, Rubén Sánchez, ha criticado, en declaraciones a EFE, que el Ministerio no actúe contra la publicidad "ilegal" hasta que se registran efectos adversos.

La Confederación de Consumidores y Usuarios (CECU) ha pedido a la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN) que determine nuevas medidas de control sobre estas mercancías.

El presidente de la Sociedad Española de Dietética y Ciencias de la Alimentación, Jesús Román, ha señalado que es necesario clarificar "el auténtico lío y desbarajuste" relativo a las plantas terapéuticas, ya que requieren una perspectiva científica que aporte los riesgos y beneficios que conlleva su consumo.

Román ha lamentado la "laguna legal" existente porque el 90 por ciento de las plantas adelgazantes se venden fuera de las farmacias sin indicación terapéutica alguna, ya que, si la tuvieran, se prohibiría su comercialización.

La Organización Médica Colegial (OMC) ha instado al Ministerio a que cree "filtros y servicios de inspección rigurosos" para evitar que estos elementos tóxicos lleguen a las tiendas.

Los médicos han expresado su preocupación por la desidia de la Administración pese al "reiterado" problema de unas mercancías que se ofertan con publicidad "engañosa y tendenciosa" y que acarrean perjuicios para la salud e incluso la muerte.

Por esta razón, solicitan que se aumenten las sanciones para quienes incumplen la normativa puesto que las empresas se arriesgan a ser multadas porque "el importe es menor que las ganancias".

Los farmacéuticos reivindican la dispensación en exclusiva de las plantas medicinales y recuerdan que "la ley prohíbe taxativamente" su venta en otros establecimientos herbolarios o dietéticos.

Alegan que los tratamientos naturales contra el sobrepeso son medicamentos y, como tales, tienen efectos secundarios, pueden interactuar con otros fármacos e interfieren en análisis clínicos.

La normativa europea obliga a que su dispensación sea sólo en la farmacia, para evitar que bajo el concepto de "natural" se suministren como si no tuvieran ningún riesgo para la salud.

La asociación del Defensor del Paciente ha exigido que se retiren los anuncios de fármacos adelgazantes "que incitan a la anorexia", constituyen un fraude y desencadenan otras enfermedades.