Entre esos datos que avalan en Fernando VII un carácter intrigante aún antes de ser rey discurrió la charla de este psiquiatra, y uno de los primeros en que se detuvo fue en uno referente al valido de su padre. "El que no exista ninguna prueba convincente de que el todopoderoso Manuel Godoy fuese el amante de la reina María Luisa de Borbón-Parma, -su madre-, indica la persistente tergiversación que se ha hecho de este personaje, crucial para el entendimiento de la historia contemporánea española. Los rumores sobre aquellos supuestos amores, en buena parte difundidos por el propio Príncipe de Asturias, Fernando VII, y que fueron tomados como ciertos por la historiografía del siglo XIX, respondieron a una campaña orquestada por altos estamentos de la nobleza".

Datos y datos que fue desgranando sobre ese monarca y sus dobleces que, en cualquier caso, no considera loco. "Eso sí, en su etapa España se jugaba la modernidad y él hizo todo lo posible para impedirla".

No estaba loco pero su vida fue incluso un caos sexual. Impotente el primer año con su primera mujer, la segunda le rechazó totalmente por el tamaño de su pene. De sus cuastro mujeres, sólo la última le dio hijos, una de ellas Isabel II, futura reina de España.

Los trastornos que produce el poder estuvieron al fondo de su charla. Siguiendo la lógica ya expresada por este psiquiatra anteriormente, el hombre que se aferra al poder vive con verdadero vértigo la pérdida de su puesto. La paranoia del político le viene dada por la soledad que da el adhesivo uso del mismo, sobre todo si el poder es su única fuente de autoestima y de estimación de los demás. Lo dice claro: hay políticos que no eran nadie antes de tomar posesión, que lo son todo con el poder y que temen volver a la nada si lo pierden.