¿Cómo debe ser la utopía de futuro? Según este filósofo, abierta y de la libertad. "Sería una utopía libertaria -dijo- propia de una etapa en la que ya se han visto los males del paso del socialismo utópico al científico. Y lo que sí está también claro, vistos los desastres del siglo XX, es que hay una cosa que el pensamiento utópico debe recuperar de sus orígenes y es el sentido del humor. Y que no debe buscarse en los ambientes de pensamiento académico sino entre quienes tienen la esperanza de un mundo mejor que los saque de su precariedad".

Para este pensador el renacer de la utopía se puede fechar. "Se viene produciendo -ha afirmado- desde el inicio de la década actual. Y los motivos de este renacimiento son básicamente tres: la agudización del malestar que ha producido en todo el mundo el capitalismo salvaje, eso que se suele llamar globalización neoliberal; la comprobación de que el mundo que ha salido de ahí (el mundo de la guerra y del expolio permanente, de la crisis ecológica global y del aumento de las desigualdades) es un escándalo moral; y la sensación de que otro mundo es posible, de que pensando y luchando con los oprimidos y humillados puede haber alternativas".

En su opinión, hay quienes piensan que el espíritu de la utopía ha quedado reducido a la dimensión estética, a la literatura y a las manifestaciones artísticas. "Yo no lo creo así. Las nuevas utopías surgidas en estos últimos años siguen teniendo una dimensión económico- social muy patente. Eso se ve en la utopía ecológico- social del decrecimiento, en las utopías feministas que combinan igualdad y diferencia y en las utopías que se basan en un uso radicalmente alternativo de los medios. Y, sí, los movimientos altermundialistas, desde Chiapas y Porto Alegre, han dado un impulso decisivo a la utopía actual".