Ágatha de Santos / VIGO

El cuarteto Caramuxo ha devuelto al clarinete el lugar que hasta principios del siglo pasado ocupó en la música tradicional gallega, pero sin que pierda su parte más culta, difícil equilibrio que le ha valido a esta formación viguesa el premio del Festival Folk Cancioneiros de la Fundación Barrié de la Maza, que incluye, además de una dotación económica, la grabación de un disco y la actuación con Milladoiro, que será el 17 de mayo en el Palesco de A Coruña.

Caramuxo, integrado por los clarinetistas Fernando Abreu, Felipe González, Óscar Prieto y Juan Carlos Vázquez, el acordeonista Alonso Caxade y la percusionista Patricia Cela, nació en 1990, cuando estudiaban en el Conservatorio Superior de Música de Vigo. "Comenzamos tocando swing, jaz... hasta hicimos boleros", recuerda Óscar Villar. Hasta que, hace unos años, comenzaron a trabajar en el cancionero popular gallego.

A pesar de que el clarinete puede resultar, a simple vista, demasiado solemne, Caramuxo lo convierte en un instrumento desenfadado, al igual que su puesta en escena, donde la complicidad con el espectador es constante.

"Adquirimos la noción de espectáculo durante el montaje que hicimos con Avelino González, Vento mareiro. A partir de ahí, dejamos de tocar con partituras y a comunicarnos con el público a través de la mirada", explica Fernando Abreu.

Reconocen que al principio les resultó difícil interpretar de memoria, pero añaden que todo es cuestión de ejercitar la memoria y que ahora, las partituras sólo la emplean mientras trabajan en los arreglos de los temas. Vento mareiro le valió a Caramuxo un Premio Casares de Teatro en 2005 a la mejor música original.

A pesar de llevar veinte años tocando, aseguran "no tener prisa". "Tocamos por tocar, porque nos divierte", manifiesta Juan Carlos Vázquez. Para quienes quieran descubrir su música, el próximo sábado, día 26, actúan en La Pecera.