La Semana Santa ortodoxa, según establece su calendario, se festeja este año más de un mes después de la católica, que se inició el pasado 16 de marzo.

Durante la jornada de hoy, los templos han recibido a miles de fieles, la mayoría, como establece la tradición, con un ramo en la mano para recordar la entrada de Jesús de Nazaret en Jerusalén.

En las iglesias de El Cairo han sido habituales las pantallas y los proyectores para que las últimas filas pudieran seguir el servicio religioso, además de megafonía para todos los que no consiguieron hacerse con un hueco en el interior de los templos.

Pero el Domingo de Ramos no sólo tiene un significado religioso, ya que sirve para que los cristianos coptos, la más importante de las minorías religiosas en Egipto, se reúnan con sus familiares y amigos.

Los fieles de la iglesia copta representan alrededor del diez por ciento de los más de 75 millones de habitantes que tiene Egipto.

La conmemoración de la entrada de Jesús en Jerusalén marca el inicio de la Semana Santa, durante la que, hasta el próximo Domingo de Pascua, se celebra la pasión, muerte y resurrección de Cristo.

A pesar de que los templos suelen estar protegidos por miembros de las fuerzas de seguridad egipcias, durante la jornada de hoy el despliegue se ha incrementado de forma notable.

Hace dos años, en plena Semana Santa ortodoxa, un hombre mató a un cristiano e hirió a otros siete en tres iglesias de Alejandría, 225 kilómetros al norte de El Cairo.

Además, desde primeras horas de la mañana, artesanos y vendedores intentaban colocar su mercancía de ramos, cruces e incluso bisutería de palma a los fieles que han acudido a las iglesias.