Después de morir todo es posible, hay otra manera de vivir pero se vive. La muerte sólo es un cambio de lugar, el paso a otra dimensión". Afirmaciones como ésta se oyeron ayer en el Club FARO, vertidas por Sol Blanco-Soler en la charla que tituó "Crónicas del más allá"

Presentada por el periodista Manuel López Prado, Blanco-Soler, miembro del grupo Hepta para la investigación de fenómenos paranormales y colaboradora del programa de televisión "Cuarto Milenio, de Iker Jiménez, empezó hablando de la muerte como un acontecimiento tan evidente como el nacimiento o la puesta de sol pero al que en el presente damos más la espalda que en tiempos pasados. "En el medievo -dijo- era algo normal, no sólo porque las vidas eran más cortas sino porque estaban más sitiadas por las más diversas enfermedades. Esa presencia en la vida cotidiana es algo que la cultura materialista y del placer que hoy vivimos rechaza, como no queriendo ser consciente de ella".

Hizo un repaso apresurado Sol Blanco-Soler por diversos movimientos y personajes caracterizados cuyo pensamiento nos había legado ideas sobre la muerte y se centró en la respuesta ordenada a preguntas clave. ¿Cómo es el tránsito cuando fallecemos?, ¿cuáles son los pasos que debemos seguir?, ¿qué problemas podemos encontrar?, ¿cómo es el Más Allá? fueron algunas de esas interrogantes. Y uno fue el objetivo de esta parapsicóloga: facilitar a la gente esa esencia común, coincidente, de tantos libros leídos por ella sobre la muerte. Y para ello se basó en "comunicaciones" muy diversas habidas con habitantes de esas dimensiones.

Sólo una puerta

"Si en una cosa coinciden todas las versiones -señaló- fue en que la muerte no es más que una puerta que se nos abre a otra realidad, que nuestra vida continúa con nuestra identidad, personalidad y recuerdos y que esa vida que a todos nos espera es más rica e intensa que la que vivimos aquí. O sea que la transición del reino físico al del espíritu no es un final sino una transformación a otro estado de consciencia".

Como más tarde o más temprano todos vamos a viajar al más allá, dijo, algunos como ella se preocupan de buscarlo sirviéndose de comunicaciones que se han ido recibiendo por diversos medios, sea a través de mediums, contactos directos o instrumentos como magnetofones, teléfono, televisión y ahora hasta Internet. "Resumiendo algunas de esas comunicaciones -afirmó- si nosotros supiéramos lo que viene después no tendríamos miedo, la vida terrestre es un paso hacia un infinito inexplorado...".

¿Cómo nos desprendemos de esta carcasa que es el cuerpo? Según la conferenciante, algunas comunicaciones indicaban que el espíritu lo abandona poco a poco desde antes de morir. "Para algunos -dijo- la muerte será un proceso suave y relativamente apacible, para otros más doloroso pero lo que se puede afirmar es que cuando pasa eso debemos esperar algo más que la nada".

Habló del "cordón de plata" por el que se sienten unidos al cuerpo los que han tenido experiencias cercanas a la muerte, que según ella también conocen los que han vivido los llamados viajes astrales. "Tienen más problemas -dijo- para entrar en la otra dimensión, para elevarse, quienes están más apegados la Tierra por dinero, poder, amores... Por algo todas las religiones nos recomiendan aligerar nuestro bagaje para una mejor ida hacia lo otro. Tampoco ayuda que los deudos lloren mucho su marcha porque, como se dice en alguna comunicación, continúan retenidos a la Tierra por las lágrimas de los suyos".

Y un "ser luminoso" que hallas en el límite y te pregunta qué has hecho con tu vida. "Hay una relación entre la situación en el Más Allá y el grado de desarrollo personal que se haya conseguido aquí".