El Papa Benedicto XVI comenzó hoy los actos oficiales de su viaje a Estados Unidos con una reunión con el presidente norteamericano George W. Bush. En su primer discurso público, el Pontífice pidió a la población que tenga en cuenta las creencias religiosas como fuente de decisión de "cuestiones políticas y éticas", mientras que el inquilino de la Casa Blanca afirmó que el mundo necesita el mensaje cristiano de que "Dios es amor", en contraposición a quienes se escudan en la religión "para justificar actos de terrorismo". Se trata de una visita marcada por los recientes casos de abusos sexuales en Estados Unidos perpetrados por religiosos, una polémica a la que el líder religioso se refirió antes siquiera de bajar del avión.

Benedicto XVI se presentó ante los estadounidenses como "amigo y anunciador del Evangelio", reconociendo la influencia de las creencias religiosas en la creación de la vida social estadounidense. En este sentido, de cara al futuro, el Papa pidió al país que afronte las "cuestiones políticas y éticas" a las que se enfrenta teniendo en cuenta la religión, "una fuente preciosa de discernimiento y una inspiración para buscar un diálogo razonable, responsable y respetuoso en el esfuerzo de edificar una sociedad más humana".

En cuanto a la libertad, el Pontífice indicó que "no es sólo un don, sino también una llamada a la responsabilidad personal", aludiendo especialmente a los monumentos que recuerdan este derecho. "Hay que empeñarse en la vida civil, llevando las propias creencias religiosas y los valores más profundos a un debate público razonable", añadió.

En su opinión, Bush representa el perfil de mandatario para quien la religión y la moralidad son "soportes indispensables" para la prosperidad política. Asimismo, señaló que la "exigencia de una solidaridad global es más urgente que nunca", en la cual Washington se habría mostrado muy "generoso" para que la "preocupación por la gran familia humana siga manifestándose con el apoyo de los esfuerzos pacientes de la diplomacia internacional orientados a solucionar conflictos y a promover el progreso".

El Papa concluyó su discurso con un "Dios bendiga a América", seguido de un sonoro aplauso por parte de alrededor de 9.000 personas que también aprovecharon la ocasión para cantarle el feliz cumpleaños a Benedicto XVI en su 81 aniversario en un contexto propio de una visita de jefe de Estado.

"Dios es amor"

Por su parte, el presidente norteamericano aprovechó su discurso para defender su idea de religión. "En un mundo en el que algunos evocan el nombre de Dios para justificar actos de terrorismo, asesinato y odio, necesitamos su mensaje de que Dios es amor y abrazar este amor es el camino más seguro para salvar al hombre de ser presa de las enseñanzas del fanatismo y el terrorismo", afirmó.

En este sentido, Bush recordó que "toda vida humana es sagrada" y dio la bienvenida al Pontífice, que el martes comenzó una visita que se extenderá hasta finales de esta semana. Tras estas palabras, ambos líderes se retiraron al Despacho Oval, para llevar a cabo el vigésimo quinto encuentro entre un Papa y un presidente estadounidense en casi nueve décadas.

Posteriormente, el Pontífice paseó en su papamóvil por las calles de Washington, antes de reunirse con los obispos estadounidenses, salpicados recientemente por los escándalos de abusos sexuales por los que la Iglesia ya se ha visto obligada a pagar 2.000 millones de dólares y a causa de los cuales Benedicto XVI dijo el martes sentirse "profundamente avergonzado". Al margen de estos actos, el Papa llevará a cabo estos días encuentros con líderes de otras religiones, celebrará una misa multitudinaria en un estadio y visitará la Zona Cero del World Trade Center, entre otras citas.